Todos quieren ser Don Draper
Medios y fans llevan siete años tratando de descubrir al publicista de carne y hueso en el que basa el protagonista de 'Mad Men'
Resulta tentador pensar que el personaje Don Draper, el protagonista de Mad Men, está inspirado en un hombre de carne y hueso. Que ahí fuera hay un publicista tan brillante, torturado, intenso, irresistible y que se aprieta los whiskies de dos en dos a las once de la mañana. Que puedes toparte con él y que, con un poco de suerte, si alguien consigue desenmascararle, terminará confesando que la realidad supera con mucho a la ficción.
Quizá por eso medios y fans han intentado encontrar al hombre que se esconde tras el personaje, desde que se estrenase la serie en junio de 2007. Los constantes desmentidos del creador de esta ficción estadounidense, Matthew Weiner, solo han conseguido aumentar la curiosidad y la leyenda en torno al genio de la agencia Sterling Cooper.
Aquí va una pequeña recopilación de los Don Drapers que no fueron (aunque muchos asegurasen que lo eran):
- Draper Daniels: un nombre robado
La coincidencia entre el nombre de este publicista de Chicago y el apellido del protagonista de Mad Men era demasiado bueno para ser verdad. Mattherw Weiner confesó a The New York Times que había tomado prestado su nombre, pero esto lo único que, en palabras del creador, comparten el Draper de la ficción y el Draper real. Daniels, que falleció en 1983, fue responsable de las míticas campañas de Malboro durante los años cincuenta y, como el personaje, también tenía mucho éxito entre sus compañeras de trabajo. Sin embargo, y según cuenta su viuda, una vez comprometido dejó los escarceos e incluso abandonó la bebida. Definitivamente, este Draper no era Don Draper.
- George Lois: su acérrimo enemigo
Creó más de 90 portadas para Esquire y campañas para Xerox o MTV. Cuentan que una vez se lió a puñetazos con un tío porque no le gustaba como había editado su trabajo. Era guapo y muy seguro de sí mismo. Aún sigue siéndolo. “Todo el mundo insiste en que el personaje está basado en mi carrera, pero cualquiera que conozca mi trabajo y mi ética sabe que no me parezco en nada a ninguno de esos imbéciles sin talento”, explicaba vía mail a Smoda. Lois define la serie como "un culebrón" protagonizado por "hijos de perra republicanos de camisa planchada, racistas y antisemitas que se pasan el día manoseando a sus bien peinadas secretarias, apurando martinis y fumando hasta morir, mientras producen anuncios tontos y sin vida". El publicista ahorra en palabras pero no en crueldad para describir a Draper: "Un mujeriego racista".
- Emerson Foote: cruzada contra el tabaco
Este publicista se hizo muy famoso por dimitir como responsable de la agencia McCann-Erickson en 1864, tras alegar que no estaba dispuesto a seguir promocionando la venta de cigarrillos. En la cuarta temporada de Mad Men -tal y como recuerda Business Insider-, Don Draper decide contratar una página en The New York Times para explicar por qué Sterling Cooper Draper Pryce (su agencia) ha decidido no seguir aceptando a tabacaleras en su agenda de clientes. La diferencia entre realidad y ficción es que, mientras Draper toma esta medida después de perder la cuenta de Lucky Strike, McCann-Erickson todavía seguía llevando las campañas publicitarias de varias empresas productoras de tabaco. Los directores de Mad Men decidieron llevar este juego de ambigüedades un pasó más allá haciendo que la Asociación Americana contra el Cáncer -de la que Foote fue presidente en el mundo real- requiriese los servicios de Sterling Cooper. E, incluso, existe una escena en la que la secretaria de Draper le anuncia que "ha telefoneado alguien llamado Emmerson Foote".
- Jerry Della Farmiga: imparableUn chico hecho a sí mismo. Brillante, provocador, feroz. Sin miedo a nada. Tan especial que consiguió acaparar todo el protagonismo de un artículo publicado en 1969 en The New York Times Magazine sobre Ted Bates & Co, la agencia de la que acababa de ser nombrado nuevo supervisor creativo. En él se contaba como, en medio de una lluvia de ideas encontrar un slogan para "a una empresas de productos electrónicos llamada Panasonic", Della Farminga propuso el siguiente lema: "De los maravillosos chicos que trajeron Pearl Harbour". Sus compañeros no fueron capaces de decir nada ni de cerrar la boca. Pero el verdadero mensaje había calado: Della Farmiga era imparable. Años después, el publicista publicaría un libro pseudobiográfico bajo el mismo nombre, que volvió a ser reeditado justo a tiempo para el estreno de la cuarta temporada de Mad Men. ¿Pura coincidencia?
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