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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Turismo en expansión

Los datos más recientes confirman la solidez de un sector decisivo para la economía española

Los datos que se conocen de la evolución del sector turístico en los primeros meses del año son inequívocamente buenos. Los indicadores adelantados correspondientes a la campaña de Semana Santa, a pesar de que no se disponen de datos oficiales definitivos, dejan lugar a pocas dudas. Al crecimiento de los visitantes extranjeros se añade la no menos relevante novedad del incremento de los turistas españoles. Todo ello favorece las previsiones que sitúan a 2014 como un nuevo año récord en visitantes y previsiblemente en ingresos por turismo. Su significación es tanto mayor si se tiene en cuenta que el pasado año fue igualmente excepcional en su conjunto, aunque no en turistas nacionales.

De la importancia de esos registros da cuenta el grado de ocupación en los establecimientos hoteleros en las pasadas vacaciones: alcanzó el 76%, siete puntos porcentuales por encima del mismo periodo del año anterior. Las casas rurales, a las que en mayor medida acuden visitantes españoles, también aumentaron su ocupación hasta el 89%, frente al 57% de 2013, registrando el mayor grado de visitas desde 2011. Las entradas de visitantes extranjeros hasta el pasado mes también han registrado un ligero aumento sobre el mismo periodo del año precedente.

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Aun cuando en esas cifras haya influido la contención de precios, es indudable que permiten avanzar ingresos globales favorables. Y ello en una industria esencial para la evolución del conjunto de la economía. El nuestro es uno de los tres más poderosos sectores turísticos del mundo, tanto por el número de visitantes como por la generación de ingresos. Constituye la primera partida de la balanza de pagos de servicios y ha sido esencial su contribución a la reducción del abultado déficit por cuenta corriente con el que la economía inició la crisis. Frente a un desequilibrio equivalente al 10% del PIB en 2007, la balanza por cuenta corriente exhibe actualmente un ligero excedente. A su vez, es destacable igualmente el aumento de las adquisiciones de viviendas en la costa por parte de extranjeros.

La verificación de estos datos no debería ser excusa para aplazar las mejoras en la calidad de la oferta que precisa el sector. Conviene recordar que una parte significativa de los visitantes extranjeros recibidos en España son desvíos de otros destinos dañados por la inestabilidad geopolítica, como Egipto, Medio Oriente y Norte de África, entre otros. Por eso, lejos de sentirse confortados con esas cifras, el sector, con el apoyo de políticas claras por parte de la Administración central y autonómica, debería acelerar mejoras en todo tipo de servicios complementarios y poner en valor destinos alternativos a los basados de forma dominante en el binomio sol y playa. La cultura, la historia y la tradición pueden ofrecer atractivos no menores, con la diferencia de ser mayor su capacidad de ingresos y de generar menor erosión medioambiental. La complacencia, en definitiva, solo contribuiría a matar la gallina de los huevos de oro.

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