En África, por nuestra seguridad
Estados Unidos y España cooperan para proteger una estabilidad vital
Acabo de visitar a los militares estadounidenses y españoles que trabajan en Camp Lemonnier, Yibuti. Los viajes de trabajo que conllevan mis obligaciones como embajador de Estados Unidos en España y Andorra no me suelen conducir a África, pero en esta ocasión quería ver con mis propios ojos qué repercusiones tiene la acción del destacamento especial de infantes de marina de EE UU, llamado Special Purpose Marine Air-Ground Task Force–Crisis Response (SPMAGTF-CR) [Unidad Especial de Infantes de Marina en Misiones Aire-Tierra, Grupo de Crisis], normalmente destacado en la base aérea española de Morón. Esta unidad tiene como misión responder con rapidez a situaciones críticas en el norte de África. La SPMAGTF-CR fue enviada hace poco a Camp Lemonnier para participar en labores de seguridad en Sudán del Sur.
La SPMAGTF-CR contribuye a la estabilidad en una región importante, tanto para EE UU como para España. El presidente Rajoy y el presidente Obama dedicaron parte de su reunión en el Despacho Oval de la Casa Blanca a hablar de su misión. Yo ya había visto a nuestros infantes de marina prepararse para sus misiones en Morón, así que me alegro de haber tenido la oportunidad de observar qué influencia tienen y en qué condiciones trabajan. Camp Lemonnier es una impresionante base militar que desde luego no ofrece lujos, ya que los soldados se alojan en tiendas y viviendas fabricadas con contenedores de transporte. Incluso en abril, con una temperatura relativamente fresca, el calor y la humedad de Yibuti convierten las maniobras en un ejercicio difícil y potencialmente peligroso. Para este hijo de un infante de marina estadounidense fue un honor y un privilegio visitar a nuestros uniformados, hombres y mujeres, y escucharles hablar sobre la respuesta de EE UU a la crisis en Sudán del Sur.
Hagamos un poco de historia: la SPMAGTF-CR se creó después de la crisis de Bengasi, que se cobró la vida de cuatro diplomáticos de EE UU, entre ellos Chris Stevens, excelente embajador en Libia. El objetivo de esta unidad especial era dotar al Ejército de EE UU de una mejor capacidad de respuesta ante disturbios que afectaran a nuestras legaciones en África. España ha tenido la gentileza de albergar temporalmente a esta unidad en Morón, localidad elegida tanto por la solidez de la colaboración militar que se viene realizando allí desde hace más de 60 años —en Morón, la colaboración con España se remonta a 1953— como por su privilegiada situación geográfica. La capacidad de responder a una crisis en cuestión de horas puede salvar vidas. Desde su llegada a España el pasado mes de abril, los miembros de la SPMAGTF-CR se han desplazado a África en cuatro ocasiones. La más reciente fue en diciembre pasado, cuando los infantes de marina fueron enviados a Yuba para ayudar a evacuar a civiles estadounidenses, así como a funcionarios de otros países, tras el estallido de violencia en Sudán del Sur. Meses de entrenamiento se plasmaron en una operación que salvó vidas. Fue muy gratificante observar cómo lograban su objetivo allá en Sudán.
También es importante que la SPMAGTF-CR esté en España porque así puede someterse a un excelente entrenamiento con nuestros socios. Los infantes de marina necesitan estar siempre a punto, así que están deseosos de hacer prácticas con soldados de otros ejércitos. Las tropas estadounidenses y españolas, ya sea sometiéndose a pruebas físicas o haciendo prácticas de tiro y simulaciones de vuelo, se ayudan mutuamente a prepararse para cualquier desafío. Ya hace seis décadas que los soldados españoles y estadounidenses realizan ejercicios conjuntos, pero en cada uno de ellos se aprende algo nuevo.
La intervención más reciente fue para evacuar a civiles estadounidenses
y funcionarios de otros países
en Sudán del Sur
De hecho, el entrenamiento con otros socios es una misión fundamental de la SPMAGTF-CR, sobre todo cuando los infantes de marina han sido destinados a África, donde es habitual que colaboren estrechamente con otros ejércitos. Por ejemplo, entrenan regularmente con soldados de Burundi que van a participar en la Misión de la Unión Africana en Somalia, un dispositivo de mantenimiento de paz regional con mandato de la ONU. Es un intercambio que beneficia realmente a ambas partes. Nuestros soldados tienen mucho que ofrecer, por su experiencia sobre el terreno, y también mucho que aprender de los socios africanos. Se acaba de conmemorar el aniversario del genocidio ruandés, que continúa recordándonos lo importante que son las misiones de paz y las iniciativas de resolución de conflictos. Esos intercambios y otras medidas ayudan a las naciones africanas a combatir a grupos extremistas violentos como Al Shabab, una amenaza internacional cada vez más preocupante para EE UU y Europa.
También aproveché mi estancia en Yibuti para visitar al contingente español que participa en la Operación Atalanta de la UE, que lucha contra la piratería en las costas somalíes. España ha sido esencial para un dispositivo de enorme éxito en la reducción de la piratería en aguas somalíes. Para el comercio mundial es crucial que la navegación sea segura en ese tramo, y esta es otra de las razones de que EE UU y España tengan interés en fomentar conjuntamente la seguridad en África.
Al abandonar Camp Lemonnier para regresar a casa, me sentí muy orgulloso de la colaboración hispano-estadounidense que permite el trabajo conjunto en África. Desde la Operación Atalanta hasta SPMAGTF-CR, siempre alerta, ambos países tienen el objetivo común de mejorar la seguridad en un continente cuya estabilidad es clave para Europa y para Estados Unidos. Es un ejemplo más de la relación entre Estados Unidos y España, y ayuda a comprender por qué nunca ha sido esta más sólida e importante.
James Costos es embajador de Estados Unidos en España.
Traducción de Jesús Cuéllar Menezo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.