Sudan, cinco años sin justicia
Han pasado cinco años desde que el Tribunal Penal Internacional emitió su primera orden de arresto contra el presidente de Sudán, Omar al-Bashir, por crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio. Bashir está acusado de orquestar el genocidio en Darfur, que se inició en 2003.
A día de hoy, la situación no es mucho mejor. Muchas comunidades están bajo ataque continuo, desplazamientos forzados, escasez de alimentos y enfermedades. Bashir y sus cómplices siguen libres a pesar de las órdenes de detención internacionales, y continúan con su campaña de violencia en las regiones del sur de Sudán, incluyendo el sur de Kordofan y el Nilo Azul.
Once años después del comienzo del genocidio en Darfur, las cifras son alarmantes: millones de desplazados y cientos de miles de muertos entre sus consecuencias. La Comunidad Internacional no ha logrado cumplir la promesa hecha tras el Holocausto —“nunca más”—, y el resultado es que en Sudán, Bashir continúa perpetuando la violencia contra su propio pueblo.
En 2013 visitó nueve países sin ser arrestado. Esto no debería ocurrir. Los países miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas tienen la obligación legal de arrestar a Bashir si cruza sus fronteras.
En el quinto aniversario de la orden de arresto contra Omar al-Bashir, hago este llamamiento a la Comunidad Internacional a cumplir dicha orden, así como a los medios de comunicación y los ciudadanos para que no permitan que caiga en el olvido. Once años es tiempo suficiente para la población de Darfur.
Debemos actuar ahora para hacer de este, el último aniversario de dicha orden de arresto.— María Cosmen Ugidos.
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