Los famosos se mojan contra las exploraciones petrolíferas en Ibiza

La frívola y polémica Paris Hilton y la singular diseñadora Jade Jagger, hija de Mick Jagger, han dado la cara y se han mojado públicamente este invierno –junto a más de 30.000 personas- a favor de su estimada y famosa isla de Ibiza. Ambos personajes populares y otros muchos habituales de sus playas y de sus noches de relumbrón se han comprometido en una campaña proteccionista de solidaridad internacional nacida en el pequeño territorio insular contra las exploraciones petrolíferas. De entrada llegarán los sondeos sísmicos, con disparos de sonido -un ruido que espantará la pesca y miles de cetáceos protegidos-.

Los nativos y los vips intentan frenar que surja en el horizonte un paisaje de pozos, torres y plataformas en el entorno del mar de las Baleares, a 35 kilómetros de la costa, entre Cataluña y Alicante. Detestan que se instale una amenaza medioambiental latente por eventuales accidentes y fortuitos vertidos de crudo. Las experiencias mundiales sitúan en rojo de peligro, en opinión de los opositores, las explotaciones de reservas petrolíferas del fondo marino. Es la tesis asumida por artistas, políticos de todo color de las islas Baleares y multitud de ciudadanos anónimos. Alianza Mar Blava (azul) es la plataforma unitaria.

París Hilton, que supera los doce millones de agregados a su cuenta de Twitter, ha rebotado hasta media docena de mensajes en sintonía con su postura ante este tema. En su proclama en las redes y en un montaje con imágenes del paisaje irreal de torres de extracción clamó “Ibiza está en peligro” y agregó “no es mito, una metáfora o una exageración”. Hilton intuyó un desastre ecológico en la consolidación de las exploraciones en un paraíso natural en el Mediterráneo.

La veterana modelo Kate Moss se adhirió a la causa y señaló a su amiga Jade Jagger como la máquina del movimiento exterior, "el cerebro de la resistencia". La actriz Sienna Miller también entró en la cadena de mensajes y fotografías de reivindicativas. Decenas de entidades locales e internacionales han trenzado una pasarela virtual que recorre una parte del mundo con la marca de Ibiza. El cantante y bailarín de rap P. Diddy ha creado un póster y el influyente DJ Carl Cox ha dado a conocer su posición beligerante.

La actriz española Paz Vega es una de las abanderadas anti petrolífera en su página de Facebook. Su figura quedó unida a las playas de Baleares y a la isla de Formentera en la explícita película de Julio Medem Lucía y el sexo. Pau Donés de Jarabe de Palo, que tiene estudio de trabajo y vida en Formentera, es otro de los proteccionistas directos. Cientos de personas se han desnudado y han retratado sus cuerpos manchados por un oro negro virtual de un vertido irreal con pancartas para cubrir parte de su geografía íntima.

“Eivissa diu no (Ibiza dice No)”, la isla libre de prospecciones, son leyendas que se repiten sin parar en pancartas digitales, en muros pintados y en manifiestos. Más de 25.000 personas han firmado alegaciones contra la tramitación del primero de los proyectos de explotación geológica previa, un impactante rastreo sonoro.

“En nuestra conciencia quedará si no actuamos. Ahora es el momento para nosotros para decir basta” clamó la cantante Sophie Ellis-Bextor. "Ibiza es percibida como una isla de la fiesta, esto no es solo un problema social, sino que es medioambiental”.

Alejandro Sanz, colaborador de Greenpeace, comprometido con el Ártico ante Obama, pone su imagen y su voz contra las prospecciones en el Mediterráneo. Los datos científicos y el balance de riesgos los aportan las entidades internacionales proteccionistas Oceana y Greenpeace, que secundan en especial a los hegemónicos y rebeldes activistas del GOB (Grupo de Ornitología de Balear). Empresarios y ecologistas, políticos de izquierda y derecha coinciden en esta ocasión.

Antes de las perforaciones e instalación de las eventuales plataformas se han de localizar los supuestos yacimientos submarinos de gas y crudo. El Gobierno español tramita los estudios ambientales previos al inicio del rastreo de bolsas a explotar en enormes extensiones, hasta en fondos cercanos a la costa, a 35 kilómetros. La primera amenaza, sobre 14.000 kilómetros cuadrados, será el disparo de más de medio millón de proyectiles sónicos desde embarcaciones para detectar el rastro del oro negro bajo las rocas submarinas.