Recuperar Michoacán
Sin alternativas de trabajo para la población no puede haber paz de largo plazo
El miedo que ha ocasionado el crimen organizado en Michoacán está poniendo en riesgo la actividad económica de la entidad. Es quizá el efecto menos visible de la inseguridad y, sin embargo, es el que más duraderas consecuencias trae para sus habitantes. Sin alternativas de ingreso para la población no puede haber paz de largo plazo. (...)
Si bien las autoridades no vinculan directamente el declive económico con la violencia reciente, basta con recordar algunos episodios para hacer dicha asociación. Muy sonado fue (...) cuando en 2012 fueron incendiados camiones de la compañía Sabritas, en un aparente acto de extorsión de los (...) Caballeros Templarios.
Si eventos tan graves como la extorsión y el robo ocurren contra empresas grandes (...) ha de suponerse que los pequeños y medianos empresarios están por completo indefensos.
No solo es Michoacán el que pierde, sino el país en su conjunto. La Secretaría de Economía, en uno de sus documentos de promoción del Estado, explica así el potencial económico (desperdiciado) —el cual, paradójicamente, lo hace también atractivo para los carteles—: tiene “una ubicación estratégica que lo conecta con las principales ciudades del centro del país. A través del puerto de Lázaro Cárdenas se vincula con los mercados del Pacífico Asiático y con el Pacífico de las Américas”.
Arrebatar a los criminales Michoacán será apenas el inicio de la salvación del Estado. Recuperar la confianza de los ciudadanos y de los inversionistas requerirá de un largo tiempo en que las autoridades demuestren que la tranquilidad puede ser duradera. (...)
México DF, 16 de enero
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.