_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

¿Aires de esperanza?

“El fin de la crisis”, “2014 será el año de la recuperación”. Nos hemos acostumbrado a leer titulares como los anteriores en las últimas semanas acompañados de datos macroeconómicos positivos después de meses e incluso años.

El paro registrado bajó en 2013, la prima de riesgo baja de los 200 puntos básicos y marca mínimo desde diciembre de 2009, el Ibex sube y ya está en máximos de 2009. Quieren hacernos creer que la crisis ya pasó; que a partir de ahora viviremos mejor, no más penurias económicas, no más despidos.

Aunque es verdad, lo vemos en las estadísticas económicas, los datos están empezando a ser positivos tras varios años de crisis; pero los españoles seguiremos en crisis durante muchos años más con una tasa de paro que tardará no sé cuántos años, o más bien décadas, en volver a la que tuvimos en los años precrisis. Mientras tanto, a seguir sufriendo y a aprender de los errores que nos llevaron a esta situación para que no vuelva a repetirse.— Antonio Miguel Merino Campos. Málaga.

Dice la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, que España prácticamente ha vuelto a la situación “anterior a la crisis” económica. Se ve que desde su elevado observatorio y su digno salario los números, ecuaciones y gráficas de España le ocultan todo lo demás, o sea, a los ciudadanos que vivimos aquí.

Puestos a simplificar, le diría a la señora Lagarde que ponga un poco de atención en los jóvenes españoles, en el futuro más próximo. Primero, se les ofrece una educación basada en la sumisión y la resignación. Como premio, algunos alcanzarán trabajos precarios enmarcados en minisueldos y maxijornadas que, por fortuna, no serán estables. Otros, los más preparados, podrán optar por un exilio más o menos forzoso. Finalmente, es previsible que casi todos obtengan una pensión de miseria al llegar a la jubilación debido a la escasez e irregularidad de sus cotizaciones. El panorama es desolador, a pesar del maravilloso aspecto de la prima de riesgo. En España los ciudadanos no estamos “prácticamente” como antes.

Los Estados no tienen razón de ser sin sus ciudadanos y la situación de estos se mide con cifras distintas de las que la señora Lagarde maneja. El FMI, como otros organismos similares, elude siempre al ciudadano y favorece a los grandes conglomerados políticos y financieros del planeta. Teniendo en cuenta los miles de millones que nos cuestan y que —aparentemente— no son capaces de aportar un mínimo de humanidad en sus intervenciones, cabría proponer en su seno algún recorte, perdón reforma.— Elena Anadón Santafé. Zaragoza.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_