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África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

Aminata, Demba, Boubacar: tres voces discordantes para un mundo en blanco y negro

Ángeles Jurado

Aminata Traoré / Imagen de María MiróCae la noche templada sobre Agüimes, una pequeña localidad del sureste de Gran Canaria. La luna llena se exhibe con todo detalle sobre el perfil de la iglesia de San Sebastián. El salón de actos del auditorio del pueblo está lleno y hace un calor que apenas se sobrelleva entre aleteos de abanico y suspiros desmayados. Nos reunimos para escuchar tres voces discordantes, que hoy se unen para denunciar las intervenciones militares extranjeras en África. Se celebra el Festival del Sur y las voces llegan de Senegal y Mali. Son las de Aminata Traoré (Bamako, Mali, 1948), Demba Moussa Dembele (Ourossogui, Senegal, 1948) y Boubacar Boris Diop (Dakar, Senegal, 1946). En el horizonte próximo, se vislumbra una nueva operación militar humanitaria en la República Centroafricana. Sin embargo, precisan los tres, la situación se vuelve más apasionante y compleja con la llamada de atención de la Unión Africana al Tribunal Penal Internacional y la salida negociada -por el momento- a la crisis de Siria.

"Me marché de aquí con la sensación de no haber sido comprendido por denunciar la guerra imperialista de la OTAN en Libia -explica- También creo que había una línea de separación trágicamente clara entre mis hermanos del mundo árabe, que no comprendían nuestra actitud ante las intervenciones occidentales en África, y los africanos. Estábamos en dos campos opuestos".

El escritor senegalés, marcado profundamente por el genocidio de Ruanda y conocido por obras como Négrophobie, opina que las intervenciones militares extranjeras en África "se desarrollan bajo la sombra de la presencia china y marcadas por el miedo a los BRIC, con la intención de asegurar el acceso a recursos estratégicos". "No se hace la guerra para defender los derechos humanos ni la libertad de los pueblos y el resultado es la pérdida de soberanía de nuestros países", enfatiza.

Boubacar Boris Diop 26 Festival del Sur Agüimes 2013  Foto María Miró ©  - Versión 2

Imagen superior: Boubacar Boris Diop y Demba Moussa Dembele. Debajo, Boubacar Boris Diop / Imágenes de María Miró

Boubacar Boris Dip denunció la connivencia del TPI y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (con un Secretario General al frente, Ban Ki Moon, al que acusó de "inconsistente") y el papel de éste último a la hora de barnizar con un toque de legalidad operaciones "humanitarias" que han traspasado claramente su mandato en Libia, Mali o Costa de Marfil. Del lado de ambas instituciones, poderes mediáticos que han ejercido, en su opinión, una forma perniciosa de propaganda al justificar las guerras humanitarias en tierra africana.

"No somos países independientes -subrayó- Sobre todo, en el caso de los países francófonos, que siguen ejerciendo de patio trasero francés. Níger, por ejemplo, se convertirá pronto en el segundo productor mundial de uranio y es también el último en el índice de desarrollo humano, el más pobre de la Tierra ¿Por qué? Por Areva, la multinacional que explota el uranio en el país. Cada vez que un presidente nigerino intenta renegociar el contrato con Areva, lo derrocan ¿Por qué? Porque existe una enorme dependencia de la energía nuclear en Francia. El 85 % de la energía francesa es nuclear".

En un contexto como ése, Boubacar Boris Diop saluda el ultimatum de la Unión Africana al TPI, institución que considera que comenzó bien, infundiendo algo de temor a los aspirantes a dictador y señores de la guerra, pero que se ha pervertido y convertido, citando al presidente Uhuru Kenyatta, en "un juguete de las potencias imperialistas en declive". Para Diop, el TPI es un instrumento de la justicia de los vencedores: el ejemplo más claro es lo que sucede en Costa de Marfil, donde recordó que Guillaume Soro y otros ex señores de la guerra protegidos del presidente Alassane Ouattara viven su impunidad tranquilamente. El intelectural senegalés apuntó que se da la situación paradójica de que, mientras esto sucede en el país africano, el depuesto presidente Laurent Gbagbo continúa preso en La Haya aunque no se hayan encontrado, de momento, pruebas firmes contra él.

"A Occidente se le escapa África. Sin África, Francia se convertiría en una potencia media", dijo.

Demba Moussa Dembele / Imagen de María Miró

Su compatriota, el economista y activista altermundista Demba Moussa Dembele, también denunció de manera enérgica la intervención de la OTAN en Libia. "No hay derechos humanos ni democracia en Libia", subrayó y consideró que las intervenciones militares que se han producido en África en los últimos años sólo han contribuido a la desestabilización de una región que intenta construirse.

"El imperialismo es una realidad. La verdadera solidaridad con África, en el caso de los ciudadanos occidentales, pasa por la comprensión de los motivos reales tras las acciones de sus países y por el rechazo a ser utilizados por medios de comunicación y políticos", afirmó. También protestó por la austeridad que atenaza a Europa pero que no impide dispendios para bombardear otros países que, a su vez, se quedan sin servicios públicos y sufren la escalada del paro, la destrucción de infraestructuras básicas y la llegada del terrorismo.

Aminata Traoré, por su parte, apuntó que "la subida de la extrema derecha en Europa es la consecuencia de las políticas africanas de Europa, que empujan a los africanos a la emigración".

"Hay que deconstruir los prejuicios que tenemos. África tiene que hacerse cargo de sí misma. Y la cuestión de la opinion pública y los medios de comunicación es central. Lo hemos visto con Siria y un giro sin precedentes en esta locura asesina de Occidente. Mali sufrió once meses de sanciones económicas hasta que pedimos la guerra. Hubo un corte en la ayuda al país tras el golpe de estado de Amadou Sanogo. Y no puedo evitar comparar esa situación con la de Egipto y el golpe de estado contra Mursi. La guerra se hace por cuestiones estratégicas, no para proteger a los civiles. Hay que saber dónde comienza y termina esa responsabilidad de proteger, cuando por ejemplo se deja morir a miles de refugiados de la guerra e inmigrantes en Lampedusa. Elegimos qué víctimas necesitan nuestra protección. El yihadismo sigue presente en Mali. Siguen los desempleados, candidatos a la inmigración que no han podido salir, gente con hambre que se suma a las filas de los terroristas. Estamos ante el fracaso lamentable de la política liberal".

Según Aminata Traoré, Mali es el "modelo de éxito en intervencionismo militar de Francia" que consigue un consenso planetario. Sin embargo, la operación Serval, en su opinión, habría logrado los mismos resultados sin que 5.000 soldados galos se situaran en el terreno.

"Hacía falta que Francia pusiera pie en el Sahel, que regresara físicamente. No querían dejar que el ejército maliense intentara la defensa. Había que desembarcar y posicionarse. No niego el horror integrista. Es verdad, estaba allí. Son ciertas las violaciones y las amputaciones de miembros, las lapidaciones. Pero también es cierto que Francia pactó con los tuareg la liberación de rehenes y la ayuda contra Gadafi a cambio de no intervenir en Mali cuando reclamaran la zona de Azawad".

Aminata Traoré / Imagen de María Miró

Para la ex ministra de Cultura maliense e icono del altermundismo, los africanos piden intervenciones militares extranjeras en su territorio a causa de un analfabetismo económico y político que impregna a toda la sociedad. Afirma que incluso la Unión Africana y los dirigentes del continente se sienten cómodos con la "lógica intervencionista" de Occidente.

"Si ustedes intentan ir a Mali ahora, les dirán que no es seguro. Pero hay aviones que llegan a Mali cargados de instructores militares, armas y contratistas de servicios de seguridad. No llegan artistas. No llegan turistas. Llega el negocio de la guerra", apuntó, antes de denunciar la "diplomacia ofensiva" y la política que aparca las motivaciones profundas y las fallas estructurales de un sistema para centrarse en el endeudamiento de África y en el aspecto de la seguridad militar y policial. "La inmigración, el Islam radical, las rebeliones vienen del fracaso del modelo de desarrollo. Estamos ante la mercantilización de todos los aspectos de la vida humana. Los Objetivos del Milenio fracasan porque están inscritos también en el paradigma del mercado".

"¿Dónde está la prioridad de los gobiernos africanos? -remachó- ¿En la educación, la vida digna, la sanidad universal o en seguir las instrucciones de la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial?".

Aminata, Demba y Boubacar nos recordaron que sólo en las series de televisión hay buenos y malos que se diferencian claramente. La vida real, dijeron, es un océano de complejidad sin respuestas sencillas.

Más información:

Aminata Traoré: "Bush, Blair y Aznar deberían estar en la Corte Penal Internacional"

Demba Moussa: "La izquierda europea es necolonizadora"

Comentarios

Me han dejado a cuadritos. La cosa es que tienen bastante razon. En libia no hay democracia ni derechos humanos. Se olvidan que antes tampoco los habia y ahora al menos se discute la idea, ademas creo recordar que gadafi no era precisamente un amante de la paz. Es cierto que se deberia haber dejado al ejercito de mali enfrentarse a los islamistas. No recuerdan que el ejercito de mali habia huido de toda la parte norte del pais y que los que estaban siendo mutilados eran malienses. En egipto ha habido un golpe de estado, tambien morsi se estaba adjudicando poderes, gobernando estrictamente para los suyos y preparando un constitucion a medida.Lo del turismo en mali no acabo de entenderlo, el rescate siempre lo pagan los gobiernos occidentales, asi que los turistas pueden ir sin miedo.Pero al final estoy de acuerdo en lo basico con ellos. Africa deberia dejarse en manos africanas (y buena suerte).
Me han dejado a cuadritos. La cosa es que tienen bastante razon. En libia no hay democracia ni derechos humanos. Se olvidan que antes tampoco los habia y ahora al menos se discute la idea, ademas creo recordar que gadafi no era precisamente un amante de la paz. Es cierto que se deberia haber dejado al ejercito de mali enfrentarse a los islamistas. No recuerdan que el ejercito de mali habia huido de toda la parte norte del pais y que los que estaban siendo mutilados eran malienses. En egipto ha habido un golpe de estado, tambien morsi se estaba adjudicando poderes, gobernando estrictamente para los suyos y preparando un constitucion a medida.Lo del turismo en mali no acabo de entenderlo, el rescate siempre lo pagan los gobiernos occidentales, asi que los turistas pueden ir sin miedo.Pero al final estoy de acuerdo en lo basico con ellos. Africa deberia dejarse en manos africanas (y buena suerte).

Sobre la firma

Ángeles Jurado
Escritora y periodista, parte del equipo de comunicación de Casa África. Coordinadora de 'Doce relatos urbanos', traduce autores africanos (cuentos de Nii Ayikwei Parkes y Edwige Dro y la novela Camarada Papá, de Armand Gauz, con Pedro Suárez) y prologa novelas de autoras africanas (Amanecía, de Fatou Keita, y Nubes de lluvia, de Bessie Head).

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