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Columna
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Originalidad

El desenlace del ERE de la RTVV representa, sin discusión posible, una victoria de la lucha sindical

Almudena Grandes

Cuando nos habíamos aprendido las respuestas, nos cambiaron las preguntas. Sí, es verdad, y también lo es que esta crisis económica no se parece a ninguna conocida, y la falta de reflejos de las centrales sindicales, y la desorientación general de las organizaciones tradicionalmente denominadas “de masas”, ante la ausencia y / o la indiferencia de esas presuntas masas. Todo eso es verdad, pero lo que está pasando es otra cosa.

El desenlace del ERE de la RTVV representa, sin discusión posible, una victoria de la lucha sindical. Sin embargo, la reacción de Fabra, al margen de la chulería y hasta de su presunta ilegalidad —¿o no es ilegal incumplir una sentencia?—, ha buscado ante todo convertir a las víctimas en culpables. No se trata tanto de transformar una derrota en una victoria, como de sugerir que la misma existencia de los sindicatos, su función, su combatividad, sus principios, representa un obstáculo insuperable para conservar los 700 empleos que aún se mantenían. Es decir, que defender los derechos de unos, ha condenado sin remedio a otros. González lo ha confirmado anunciando que, si el recurso de los despedidos de Telemadrid obtiene un resultado semejante, también serán los sindicatos, y no la empresa, los culpables de que el ERE sea declarado nulo. La perversidad de este argumento es un fruto purísimo de la marca España, la originalidad de un país forjado, desde 1936, sobre la falacia de que las víctimas son en realidad los culpables, y protestar, la mejor manera de buscarse un disgusto.

Pues bien, puestos a ser originales, quiero hacer mi aportación. ¿Por qué no se embargan los bienes de todos los imputados por corrupción en la Comunidad Valenciana y se liquidan para pagar las nóminas de los readmitidos? Eso no sería más ilegal que el fraude de ley que ha planteado Fabra, pero saldría mucha más gente ganando.

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Sobre la firma

Almudena Grandes
Madrid 1960-2021. Escritora y columnista, publicó su primera novela en 1989. Desde entonces, mantuvo el contacto con los lectores a través de los libros y sus columnas de opinión. En 2018 recibió el Premio Nacional de Narrativa.

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