Adiós a los hombres
El final de 'Breaking bad' ha supuesto más que el desenlace de un gran drama: es también el ocaso de las series sobre ser hombre. De la crisis de la masculinidad a la celebración de todas las nuevas formas de ser mujer
Se ha enterrado a jefes de Estado con menos repercusión que la que recibió el final de Breaking bad, lo cual dice mucho de nuestros tiempos y de lo que pasa cuando una serie excelente triunfa durante su emisión y no años después, como hizo The wire, y por tanto, como mandan los cánones. También tiene su valor simbólico. El final de Breaking bad anunció el primer gran cambio de guardia en las series desde que empezaran a brillar la década pasada.
No es cuestión de calidad sino de masculinidad. Se dice que desde que se estrenó Los Soprano en 1999 las series son magníficas. También sucede que han sido estudios sobre cómo ser hombre. El reciente libro Difficult men explica cómo, desde Mad men hasta Breaking bad, pasando por las menores Californication o 24, todas tratan sobre varones en plena crisis de los 40-50 y enfrascados en una lucha por conciliar su hombría con su contexto. Con matices, claro: Mad men trata de las consecuencias de querer cosas y Breaking bad, de la familia. Al final, todo va de territorialidad, protección y las cuitas de ser un macho alfa. De masculinidad.
Ahora las cosas son diferentes. Girls estudia la feminidad con la misma solemnidad que Mad men el cromosoma Y. El éxito Orange is the new black solo tiene un hombre bueno. En Masters of sex el protagonista no sabe ni de qué va el sexo sin ayuda de una mujer. El reino de los hombres parece haber terminado por agotamiento temático.
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