Al Maliki debe rendir cuentas
Estados Unidos ha venido soslayando el comportamiento tóxico del primer ministro iraquí
La Administración Obama ha venido mostrando una fe excesiva en el primer ministro de Irak, Nuri al Maliki, que se reunió ayer con el presidente en la Casa Blanca. Ignorando las advertencias de que tenía una agenda sectaria y autoritaria, los funcionarios estadounidenses apoyaron la formación de su nuevo Gobierno después de las elecciones de 2010. Y ello en buena parte porque Obama y sus consejeros estaban centrados en lograr una retirada fluida de las tropas a finales de 2011; el futuro del frágil ordenamiento político iraquí, establecido con un enorme coste de vidas y recursos estadounidenses, quedó en segundo plano.
La retirada se completó como estaba previsto, pero Irak se ha hundido de nuevo en una guerra sectaria. Al Qaeda, derrotada en buena parte en 2008, ha resurgido con fuerza, y más de 7.000 personas han sido asesinadas este año. El conflicto ha sido alimentado por la guerra civil en Siria, pero Al Maliki también tiene responsabilidad: al perseguir suníes y kurdos, y socavar el Parlamento y los tribunales, ha contribuido a polarizar su país. Ahora Al Maliki pide más ayuda en seguridad, y de nuevo Obama parece inclinado a soslayar su comportamiento tóxico (...) Dar más helicópteros a Al Maliki podría empeorar las cosas. (...) ¿Cómo estar seguros de que ese poder aéreo no será usado contra civiles suníes, en vez de contra objetivos de Al Qaeda?
Esa garantía solo puede venir si la ayuda de EE UU viene precedida por un cambio drástico en la dirección política. El líder iraquí debe cumplir sus promesas de negociar con suníes y kurdos (...) y comprometerse a que las elecciones de 2014 serán libres y justas.
Washington, 1 de noviembre
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