¿Comprender es justificar?

Gracias a Javier Cercas, pues muchos de sus artículos me ayudan a pensar. En relación con el publicado el 29 de septiembre, Una mujer valiente, me agradaría comentar dos frases de Primo Levi en relación con el horror de los campos de concentración que parecen antagónicas, a saber: “Tal vez lo que ocurrió no deba ser comprendido” y “Para un hombre laico como yo, lo esencial es comprender y hacer comprender”.

La primera aseveración tiene más de emocional. Para quien ha vivido el horror de Auschwitz, intentar comprender cómo unos seres humanos llegan a torturar y a aniquilar a otros es, al fin y al cabo, dotar a los primeros de humanidad, y eso es demasiado doloroso. Todos nacemos con la necesidad de ser respetados, comprendidos, amados; y si deseamos comprender, debemos preguntarnos qué ha pasado para que un niño que solo ansiaba ser entre otros seres, pase a aniquilar a otros, muchas veces habiéndoles despojado previamente de su humanidad. Para mí solo hay una explicación: un niño se convierte en un adulto asesino porque alguien ha asesinado partes importantes o la totalidad de su ser. Otras posibilidades a este “asesinato del alma” son la enfermedad o la locura.

La segunda aseveración es racional y ética y no contradice a la primera en tanto en cuanto somos una dialéctica de emoción y razón