El soporte no importa

Mayoritariamente, la sociedad en general y la periodística en particular se plantean el futuro del periodismo basándolo solamente en la disyuntiva del soporte: digital o papel. Grave error porque el soporte es precisamente eso, un soporte, y lo principal es el contenido. En los momentos actuales, en ciertos medios la demagogia, la mentira, la parcialidad, el ocultar información… se ha instalado tan profundamente en el periodismo y en esta mala moda de los tertulianos que el futuro quedará marcado por el desconcierto y la nula credibilidad ante los ciudadanos. Los periodistas han dejado de hablar de lo que pasa para hablar de lo que les gustaría que pasara, y cuando esto no ocurre, en vez de aceptar el error intentan justificarlo negando la evidencia y la realidad. Este es el presente del periodismo, y por tanto, el futuro del periodismo en su esencia morirá. Y entonces a los que escriben y hablan y comentan les podremos llamar predicadores, que es lo que la mayoría ya son. Salvo excepcionales profesionales y medios como EL PAÍS y El País Semanal, que aún mantienen vivo el espíritu de la información veraz y objetiva, y en los cuales la sociedad debe poner su atención y confianza.