Los riesgos de la independencia

Decía José Enrique de Ayala en EL PAÍS (21/09/2013) que es necesario informar a los catalanes para que, si llega el momento de decidir, sepan a qué riesgos podría enfrentarse un Estado catalán independiente y voten así con conocimiento de causa. Pero, ¿por qué limita esa necesidad a los catalanes? ¿No es consciente él mismo de los riesgos a los que se enfrentan los españoles? Todavía no he oído a ningún político ni tertuliano español informando a sus conciudadanos de lo que puede ocurrir si su Gobierno sigue con la actual postura intransigente.

También los españoles tienen derecho a saber que, si Cataluña consigue la independencia pese a todo y España se obstina en no reconocerla y obstaculizar sus relaciones internacionales, serán ellos solos los que tendrán que hacer frente al pago de toda la deuda pública (cercana ya al 100% del PIB) y sin contar con la aportación fiscal catalana. ¿No son conscientes tampoco de que en ese escenario la Seguridad Social española tendrá que seguir pagando las pensiones de los jubilados catalanes, que para España continuarán siendo españoles a todos los efectos legales? Y sin contar con las cotizaciones de los trabajadores catalanes. Como estas, hay otras cuestiones que no se les deberían ocultar, para que también ellos actúen con conocimiento de causa a la hora de exigir a sus representantes que adopten una actitud constructiva.

La sabiduría popular dice acertadamente que “más vale un mal acuerdo que un buen pleito”. Quizás en un primer momento la independencia de Cataluña pueda perjudicar a España, pero el perjuicio será infinitamente mayor sin un gran acuerdo fruto de una negociación civilizada.— Pedro M. Martín Burutxaga.