Más justicia en el ámbito financiero
Hace casi un año, 11 países (Alemania, Francia, Italia, Estonia, España, Grecia, Eslovaquia, Austria, Portugal y Eslovenia) de los ahora 28 Gobiernos de la Unión Europea decidieron tasar las transacciones financieras. Pero justo ahora que estamos a punto de que el impuesto sea realidad, los lobistas financieros se han lanzado a una pelea encarnizada para diluirlo, retrasarlo e incluso matarlo. La tasa sobre las transacciones financieras (TTF) es la historia de una lucha para demostrar que los mercados financieros no están por encima de la democracia. Entró en la agenda política hace ahora tres años a través del Parlamento Europeo, gracias a una iniciativa socialista, cuando pocos creían en sus posibilidades.
Esta idea, que es socialmente justa, simple y factible, rápidamente ganó el apoyo de una mayoría ciudadana que está sufriendo el impacto de la crisis. Constituye un instrumento equilibrado. Asegura una imposición justa del sector financiero y tiene efectos disuasivos frente a la especulación.
La Eurocámara logró convencer de sus méritos a los líderes europeos, incluida la Comisión, que inicialmente era reacia. Nos encontramos en un momento crucial. Los socialdemócratas en el Parlamento Europeo no cejaremos en nuestro empeño por la justicia. Resulta inaceptable que altos funcionarios de algunos Gobiernos, entre ellos varios Gobiernos no participantes, se interpongan y obstaculicen un acuerdo en esta materia.
¿De qué sirve la democracia si altos funcionarios incumplen los acuerdos alcanzados entre los ministros? La credibilidad de Europa está en juego en un momento en que los ciudadanos están perdiendo la confianza en la política y en la UE. El Parlamento Europeo votó por amplia mayoría a favor de un acuerdo realista. Corresponde ahora a los gobiernos nacionales cumplir sus compromisos, llegar pronto a un acuerdo sobre las principales características del impuesto y resistir la presión egoísta de la industria financiera.
No nos rendiremos hasta que veamos más justicia en el ámbito financiero, tal y como demanda la ciudadanía europea.— Antolín Sánchez Presedo y siete eurodiputados del Grupo Socialista, Comisión de Economía de la Eurocámara.
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