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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

¿Artur Mas es Luther King?

En su mensaje previo a la Diada, el presidente de la Generalitat comparaba su lucha política a la de Luther King. Me impresionó. No hace tanto, en un debate electoral televisado interrumpió a otro candidato que hablaba en castellano para decirle: “Miren si este país es tolerante que ustedes vienen aquí, hablan en castellano en la televisión nacional de Cataluña y no pasa nada”. En aquel día, Mas parecía estar dirigiéndose al servicio, a los de abajo, que, como casi siempre, son los más.

Mientras el 31,6% de los catalanes tiene como lengua materna el catalán, el castellano es la lengua materna del 55% de los catalanes, sobre todo de los que pertenecen a las clases trabajadoras. Los políticos son otra cosa: una investigación de hace unos pocos años mostraba que, entre los parlamentarios, solo un 7% reconoce el castellano como su “identidad lingüística”. Por lo que se ve, Mas no parece tener muy claro en qué consistió la lucha de los derechos civiles. No me sorprende, lo que sí me inquieta es que tampoco parece tenerlo la izquierda catalana, cuyos candidatos asistieron como testigos mudos a aquel monumental acto de desprecio, muy propio de quienes se creen los propietarios de la vida pública.— Félix Ovejero.

Se supone que estaremos de acuerdo, seamos quienes seamos, que el mitificado derecho a decidir es una premisa básica de la democracia; y que toda decisión tiene como condición el conocer todas las consecuencias previsibles que esa decisión comporta, las ideales y las reales. Desde muy joven conozco que el mejor de los mundos posibles es un mundo sin fronteras, al menos para los que creemos en el internacionalismo como expresión de progreso. Y cuando levantamos el puño estamos demandando esa unidad que hace la fuerza. Como europeos a eso aspiramos y nos duelen las estériles divisiones, y como europeo español demandaré que no querré estar unido a quien se quiere marchar de mi lado porque, al parecer, le repugna ser europeo español.

Antes de plantear quimeras, de muy difícil encaje en la unidad deseable, sería intelectualmente necesario y democráticamente exigible que alguien sensato explicara que, el que se quiera marchar (¿cuántos y adónde?) que sopese la situación irreversible de salir, con todas sus consecuencias, entre otras fronteras reconocidas, estructura estatal y moneda propia, incluidas. Si estamos en serio no se puede engañar con el significado real de los conceptos. Independencia es una idea radical, total; no se puede pretender engañar a los ciudadanos haciéndoles creer que van a seguir “con el santo y la limosna” para quedarse de mediopensionistas. Europa no es eso.— Francisco González de Tena. Madrid.

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