_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¡Qué descanso!

La aventura delirante de Madrid 2020 resultaba excesiva

Juan José Millás

Incluso para quienes hemos seguido de reojo la aventura delirante de Madrid 2020, resultaba excesiva la hinchazón retórica de las autoridades y medios. Hinchazón que, como suele suceder, se ha resuelto en un pedo que ha aliviado al paciente, aunque también, paradójicamente, le ha hecho daño. Es muy duro acudir a urgencias convencido de que tienes un ataque de angustia existencial y que te diagnostiquen una flatulencia. Pero, por Dios, hombre, ¿no ve que yo soy un filósofo o un pintor o un poeta de la experiencia?, ¿no comprende, doctor, que cuando a una persona de mi categoría le duele el pecho es por miedo a no saber quién es y todo eso? Pues no, dice el doctor, no era pánico.

En efecto, al paciente le ha desaparecido el nudo del pecho tras la liberación gaseosa, pero le ha asaltado la sospecha de que quizá sea un idiota. A los madrileños, incluido Álvarez del Manzano, que formaba, increíblemente, parte de la comitiva, se nos ha ido la desazón de los días previos al dictamen del COI (¡qué descanso, porque era un sinvivir!), pero se nos ha quedado cara de tontos. De modo que vamos a Buenos Aires con el 80% de las infraestructuras realizadas y con el 98% de posibilidades de ganar, y caemos a la primera. ¿Por qué? Porque eran gases. No había más que auscultar al enfermo para detectar los vapores retóricos asociados a una inflamación patriótica de la peor especie. En cuanto a lo de Ana Botella, la señora que Ruiz Gallardón nos puso de alcaldesa para hacerle la pelota Aznar, inenarrable, aunque francamente graciosa. Solo esperamos que ella también se haya desinflado, adquiriendo conciencia de su verdadera estatura, y que el fiscal actúe de oficio para que los golfos apandadores devuelvan lo que se gastaron en ese 80% de infraestructuras que, como el aeropuerto de Castellón, nos tenemos que tragar usted y yo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_