Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo ya son marido y mujer
El hijo de la princesa Carolina se ha casado en una ceremonia informal y desenfadada con la millonaria colombo brasileña en el palacio del Principado de Mónaco
Resulta difícil pensar en unas ceremonias nupciales más distintas que las dos últimas que se han celebrado en el palacio de Mónaco. Si en julio de 2011 el príncipe Alberto se casaba con Charlene Wittstock en una celebración con todo el boato al que podía aspirar la ciudad estado considerando la decadencia en que está sumida hace años, la que se llevó a cabo el sábado en el mismo escenario no se le asemejó en absolutamente ningún detalle. Andrea Casiraghi logró mantener la privacidad y el secretismo que se había propuesto para el enlace que protagonizó junto a la que es su novia desde hace nueve años, y madre de su hijo, Tatiana Santo Domingo. Pero los invitados a la ceremonia compartieron en Internet las imágenes suficientes como para que el mundo pueda hacerse una idea del ambiente desenfadado, informal, casual y relajado que se vivió durante el inusual festejo. Para que no quedaran dudas de que no se trataba de una boda real.
Antes, se celebró la ceremonia civil, exactamente a las 11.45 horas en el Salón del Trono del palacio monegasco —el mismo lugar donde en 1956 sellaron su romántica historia la estrella de cine Grace Kelly y el príncipe Raniero, abuelos del actual novio—. Tras los 20 minutos de rigor vino un almuerzo en los jardines que rodean a la inmensa piscina, a la sombra de las palmeras. Hasta allí llegaron 350 invitados, ninguno proveniente de las casas reales europeas. El primogénito de Carolina de Mónaco, a pesar de ser el segundo en la línea de sucesión, siempre ha querido mantenerse al margen de la monarquía y de los oficialismos propios del principado. Por ello, y porque no posee título nobiliario, el palacio informó hace unos días a través de un comunicado que la ceremonia sería un “asunto privado”.
Tatiana Santo Domingo, de 29 años, igual que su marido, no podría estar más de acuerdo con esa designación. Nadie quiere figurar menos que ella, que a pesar de llevar años asistiendo a la mayoría de actos oficiales de la casa principesca, siempre ha optado el bajo perfil. Neoyorquina de orígenes colombianos y brasileños, la madre del hijo de Andrea Casiraghi proviene de una de las familias más ricas del planeta, el clan de la Gran Manzana, como llaman a sus miembros desde que su patriarca, el abuelo de Tatiana, Julio Mario Santo Domingo, saliera de Barranquilla para afincarse en la ciudad de los rascacielos en los setenta y generara con sus empresas una fortuna que lo encumbró hasta el número 108 de la lista de Forbes. Pero Tatiana, además de heredera, es licenciada en Historia del Arte y cuenta con su propia firma de ropa, Muzungu Sisters, compañía que montó con una de sus mejores amigas y que cuenta con un éxito considerable entre las millonarias que gustan del carísimo estilo étnico y artesanal que vende.
Su hijo, Sacha, que nació el pasado 21 de marzo, afianza la modernidad de la unión de sus padres. Todo hace pensar que el matrimonio, cuya versión religiosa se celebrará en la estación de esquí de Gstaad, Suiza, el próximo enero, es solo un tecnicismo, necesario para que el pequeño Sacha figure en el tercer lugar de la sucesión, línea en la que él y su padre solo aparecen porque Alberto no ha tenido aún descendencia reconocida por la monarquía.
Sin embargo, aunque el del príncipe y Charlene es el bebé más esperado de Mónaco, dos de sus sobrinos se le han adelantado. Tras Sacha, el próximo otoño nacerá el primogénito de Carlota Casiraghi, hermana del novio y una de las mejores amigas de Tatiana Santo Domingo. De hecho, fue ella la artífice del enlace de ayer, ya que presentó a su amiga y a su hermano en 2002, cuando los tres asistían al liceo Jeanne d’Arc Saint-Aspais de Fontainebleau, una exclusiva localidad aledaña a París. Diez años más tarde, Carlota empezó a salir con el actor franco marroquí Gad Elmaleh, con todo el revuelo que le significaron los 15 años de diferencia que los separan y el haber abandonado a Alex Dellal, heredero millonario y aristócrata, por un cómico judío, divorciado y con un hijo de 11 años. Pero el tiempo lo cura todo y ahora, embarazada de seis meses de su actual pareja, que se integró oficialmente en la dinastía de los Grimaldi con su asistencia al último Baile de la Rosa, Carlota se aproxima a su propia boda.
No hay fecha ni comunicación oficial, pero la prensa especializada asegura que es asunto de semanas. Lo más probable es que el matrimonio lo anuncie Carolina, la madre moderna e incondicional, igual como cuando, hace un año, se enteró de que sería abuela y proclamó “encantada” que su hijo mayor se casaría con la “señorita Tatiana Santo Domingo”, que en ese momento tenía un mes de embarazo. Catorce meses después, la rotunda Carolina de Mónaco acaba de estrenarse como la suegra ideal.
Los detalles que se colaron
Si bien los invitados a la ceremonia dejaron ver ninguna imagen de los novios, haciendo caso a la recomendación del Principado, que les pidió que no utilizaran sus teléfonos móviles ni cámaras de fotos y que, por supuesto, si lo hacían, no tuvieran la indiscreción de colgar las imágenes en ninguna red social, sí subieron algunas instantáneas. A pesar de que para Mónaco se trata de una ceremonia sin ningún interés público, el palacio principesco difundió, a última hora de la tarde, tres fotografías oficiales de la pareja. En ellas, se los ve bajando las escaleras del palacio. Llama la atención que en una de ellas aparece el perro de la novia, que también sale en las fotos de su despedida de soltera, que colgó su tía política, Lauren Santo Domingo, en su cuenta de Instagram. Unas horas después, volvía a aparecer el mismo perro en las redes, protagonizando una foto de la cena que celebró Tatiana la noche del viernes con sus amigas, bajo el título de La calma antes de la tormenta. Lauren Santo Domingo es una de las socialités mejor vestidas y relacionadas de Nueva York, casada con el hermano del padre de Tatiana y colaboradora habitual de la revista Vogue USA.
En una de las instantáneas de la boda subidas a Internet por una de las amigas de Tatiana, se puede ver al hermano de la novia junto a sus mejores amigas, vestidas iguales y de Dolce & Gabbana (lo cual hace suponer que actuaron como damas de honor). En ella, Julio Mario Santo Domingo III brinda con cerveza, como debe ser en la boda de la nieta de uno de los principales magnates de esta bebida en el mundo. En otra de las fotos que se colaron en la web, Bettina Santo Domingo, prima de la ya mujer de Casiraghi, posa con dos invitados vestidos de lo más hippie chic, como le gusta a Tatiana, mientras que en otra, dos de sus amigas muestran sus atuendos amarillos y dejan ver algunos detalles de la decoración del patio del palacio para la celebración.
La ceremonia civil duró unos 20 minutos en palacio monaguesco, pero además, los novios tenían prevista una fiesta por la noche para los más jóvenes de entre los invitados, en el Sporting Club de Invierno de Montecarlo. En este lugar, la decoración tendría un ambiente tropical y exótico, que mezclará estilos caribeños y africanos. El baile comenzaría tras un elegante y sofisticado bufé.
La agencia AFP constataba ya a principios de la tarde que desde poco antes de mediodía se escuchaban aplausos desde el interior del palacio. A sus afueras, a pesar de la privacidad de la ceremonia, se había congregado un considerable número de gente, especialmente turistas, que se amontonaban contra las barreras de metal instaladas alrededor del lugar. No es común que tanta gente espere al tradicional cambio de guardia del mediodía en el palacio, pero el corte de tráfico que la policía ha llevado a cabo a sus alrededores advertía a la gente de algo especial pasaba en su interior.
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