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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Impuestos y confianza

El Gobierno aumenta la presión fiscal y dificulta así la recuperación de la economía

La decisión del último Consejo de Ministros de elevar diversos impuestos no facilitará la recuperación del crecimiento de la economía española. El Gobierno pretende aumentar la recaudación y con ello acercarse al compromiso de reducción del déficit público adquirido con la Comisión Europea, hasta alcanzar el 2,8% del PIB en 2016. Pero seguir aumentando la presión fiscal en un entorno manifiestamente deprimido no facilita ese propósito, y puede contribuir a minar aún más la confianza de las empresas y familias españolas.

Hacienda pretende recaudar 4.700 millones de euros. La mayoría de esos ingresos provendrían del impuesto que grava el beneficio de las grandes empresas, al eliminar algunas deducciones que limitan desde hace años su capacidad recaudatoria. El tipo efectivo que las mayores empresas terminan soportando por ese impuesto está próximo al 5%, mientras que el correspondiente nominal es del 30%. La razón principal de esa diferencia es la deducción asignada a la pérdida de valor de las inversiones en el extranjero de las empresas.

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El otro capítulo de incrementos impositivos afecta a los impuestos sobre el consumo. En concreto a los que soportan el alcohol y el tabaco, que lógicamente aumentarán su precio final. Aunque sigan manteniéndose por debajo de los promedios europeos, su encarecimiento no es en el contexto actual una señal favorable para los consumidores de rentas más bajas. El Gobierno, además de prorrogar hasta 2015 buena parte de los aumentos temporales decretados en los últimos 18 meses, ha creado un nuevo impuesto que grava aparatos, como los de aire acondicionado, aerosoles o neveras, que consumen determinados gases fluorados.

Menos relevante es la mezcla de asuntos que se incorporan en la ley de emprendimiento, aunque bien le vendrán a numerosas empresas pequeñas y autónomos esa reducción en la presión fiscal estimada en unos 1.000 millones de euros. Con todo, el problema hoy que amenaza la supervivencia de las pequeñas empresas sigue siendo la ausencia de demanda y de crédito.

Son decisiones todas ellas que sitúan al Gobierno español como uno de los europeos que en plena recesión ha elevado un mayor número de impuestos. La rápida recuperación del crecimiento económico es, sin embargo, lo único que hoy puede contribuir a que aumenten los ingresos públicos y a sanear el sistema bancario, y esta subida de impuestos no la favorece.

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