El coraje de Angelina

Hasta hoy, siempre pensé que usted, mi admirado Javier Marías, sería para mí el primero de esta revista que tanto disfruto. Sí, hasta hoy. El domingo próximo no sé si le leeré. El pasado 16 de junio he descubierto a un articulista que no ha pensado cómo sus palabras pueden afectar a sus lectores con los temas que trata. Entiendo que un escritor no puede dar gusto a todos aquellos que le leen y es impensable estar de acuerdo con todos nosotros. Pero quiero expresar mi decepción al observar que Mejor no haber nacido está escrito con una ligereza que no es habitual en usted.

Me pregunto si es porque no conoce a mujeres con problemas de cáncer mamario o aquellas que todavía no lo padecen, pero viven el infierno de saber que la probabilidad de sufrirlo es tan alta que toman la decisión de arrancarse los pechos antes que pasar por una quimioterapia o poner en serio peligro su vida. Estoy decepcionada por sus comentarios banales al respecto. ¿En qué pensaba cuando ha hecho la comparación entre la decisión de Jolie sobre su cuerpo con la propuesta de George W. Bush sobre la tala de bosque para evitar fuegos? Dígame que las palabras salieron sin pensar en los que sufren.