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La última ocurrencia de Branson: animar al ligoteo en los aviones

El dueño del imperio Virgin vuelve a mostrar su maestría al publicitar su negocio

Richard Branson.
Richard Branson.Álvaro García

Travesías trasatlánticas, viajes espaciales y ahora… ligoteo en el aire. La penúltima ocurrencia de Richard Branson (Blackheath, Londres, 1950) es un sistema que anima a la seducción durante el vuelo. La herramienta, por ahora solo disponible en aviones de Virgin America, actualiza el viejo truco de invitar a una copa como gesto galante. Un mapa de la cabina permite identificar dónde se sienta el objeto de deseo, para —previo pago con tarjeta— enviar una bebida acompañada de un mensaje. A continuación se puede coquetear o elaborar el requiebro a través de la plataforma de chat. Branson, jefe del imperio Virgin, promociona el servicio con el vídeo titulado La guía de Richard Branson para tener suerte a 35.000 pies de altura. Una maniobra publicitaria relativamente convencional si tenemos en cuenta que el multimillonario británico ha promocionado sus productos colgándose de helicópteros, disfrazándose de guerrero zulú, conduciendo un tanque por la Quinta Avenida de Nueva York o dando la vuelta al mundo en globo aerostático. No importa la payasada, el caso es generar atención mediática.

Será por titulares: recientemente los ha acaparado vistiéndose de azafata con barba por una apuesta y haciendo públicas fotos de las bodas de sus retoños en la prensa rosa. Su hijo Sam se casó en marzo con Isabella Calthorpe, una rubia de la alta sociedad que anteriormente dio calabazas al príncipe Guillermo y cuya hermana pequeña (Cressida Bonas) sale con el príncipe Enrique. La ceremonia tuvo lugar en la reserva privada de los Branson en Sudáfrica y se extendió durante cinco días en los que los invitados se entretuvieron con safaris, competiciones deportivas, disfraces y clases de tocar los bongos. El boato y gran porcentaje de invitados con apellido aristocrático provocaron que la prensa británica bautizara el enlace como una boda casi real. Su hija Holly se casó en diciembre con Freddie Andrews en la isla caribeña de Necker, frente a los escombros de la casa que ardió en agosto durante una tormenta. Fue durante ese incendio en el que la actriz Kate Winslet salvó a la madre de Branson de las llamas. Después de las accidentadas vacaciones Winslet entró a formar parte de la feliz familia Branson tras celebrar su tercer matrimonio con el sobrino del empresario, Ned Rocknroll.

A los 62 años, el millonario es un prodigio de hiperactividad y energía. Además de organizar bodas dedica su tiempo libre a las aventuras temerarias. El año pasado cruzó el canal de la Mancha en kite-surf junto a su hijo, convirtiéndose en la persona de más edad en hacerlo. El récord se añade a otros logros como su inmersión por submarino en la fosa más profunda del Atlántico o finalizar la primera travesía atlántica en globo.

Sus excentricidades, adicción a la adrenalina y pinta de galán ochentero camuflan un implacable hombre de negocios. Quienes le conocen profesionalmente dicen que es un lince capitalista con conciencia social. Con Virgin ha amasado un imperio de unas 300 empresas, repartidas entre sectores tan dispares como las telecomunicaciones, los gimnasios y la aviación comercial. Con sus empleados, sin embargo, promueve la flexibilidad, la creatividad y el teletrabajo. Entre su gran colección de causas se encuentran la despenalización de las drogas, la erradicación de armas nucleares y la protección del medio ambiente. Recientemente se ha enfrentado al poder político condenando la campaña anti europea de algunos miembros del partido conservador británico y criticando al ministerio de exteriores por alarmar a los viajeros etiquetando como peligrosos a países como Egipto, Indonesia o Kenia. “Es justo lo que quieren los terroristas”, dijo públicamente.

Un currículo que pocos predecirían para un exhippy que empezó con una tienda de discos, publicó los discos punk de los Sex Pistols y aprendió tarde las diferencias entre bruto y neto. Él mantiene que gran parte de su éxito reside en saber escuchar. Predicando con el ejemplo, titulará su próximo libro sobre liderazgo con la ayuda de los lectores de su blog.

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