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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Creacionismo lingüístico

La nueva ley de lenguas de Aragón acuña un nuevo término para describir al catalán y evitar así llamarlo por su nombre

Marcos Balfagón

Y sus señorías crearon el lapao. El nombre es un acrónimo de Lengua Aragonesa Propia del Área Oriental, con el que el PP y el Partido Aragonés Regionalista han querido bautizar lo que se habla en una extensa franja de Aragón que limita con Cataluña y que incluye poblaciones como Fraga y Mequinenza. Todo con tal de no llamar a la lengua de esa zona por su nombre: catalán. No importa que la academia haya acreditado que lo que se habla en Fraga no es distinto de lo que se habla en la vecina Lleida, ni que se haya mantenido durante más de 1.000 años porque las gentes de esas tierras se empeñan en hablarla.

La nueva ley de lenguas aprobada por las Cortes de Aragón, con el voto en contra de PSOE, CHA e IU, enmienda la ley aprobada in extremis en 2009 por el Gobierno que presidía el socialista Marcelino Iglesias.En ella no solo desaparece el catalán, para llamarse lapao, sino también el aragonés, que a partir de ahora figurará con un nombre todavía más ridículo: lopapyp, es decir, Lengua Aragonesa Propia de las Áreas Pinenaica y Prepirenaica.

La presidenta Luisa Fernanda Rudi ha cumplido lo que prometió en su investidura, una nueva normativa “que proteja y desarrolle el uso de las modalidades lingüísticas propias y derogue aquellos aspectos de la actual que imponen la denominada normalización del catalán y el aragonés”. Con esta iniciativa, sigue la misma estrategia que el PP aplica en Baleares o Valencia destinada a fragmentar la unidad del catalán como una forma de debilitar el catalanismo.

Con la pretensión de que el nombre haga la cosa, la “protección” ha comenzado despojando al catalán de su nombre, de forma que allí donde antes había 60.000 cataloparlantes, habrá ahora 60.000 lapaoparlantes. Y los 12.000 aragoneses que en los valles pirenaicos hablan las diferentes variantes de la fabla, serán a partir de ahora lopapyparlantes.

De momento, el acuerdo de las Cortes de Aragón ha servido para que la Red se inunde de mofas sobre este nuevo creacionismo lingüístico que para colmo ni siquiera ha resultado ser original, pues el lapao es también una lengua muy hablada en Asia. Ese es el nombre de un dialecto del naxi que hablan más de 300.000 personas en China y Myanmar.

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