_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Estamos listos

Si nos creímos un programa electoral inverosímil, nos tragamos cualquier cosa.

Juan José Millás

Al principio no éramos Grecia, luego no fuimos Islandia, ni Portugal, ni Italia. Ahora resulta que no somos Chipre, menos mal. Me pregunto cuánto tiempo nos falta para que no seamos España. ¡Qué alivio, cuando salga Guindos en la tele anunciándonos que no somos España! Y es que, aunque ya estamos sufriendo un corralito a plazos, no nos extrañaría que de un martes a un miércoles, por dar ejemplo, por experimentar, o para provocar una erección en algún ministro de Finanzas impotente, nos robaran también los ahorros ingenuamente depositados en los bancos. En ese instante, tiempo al tiempo, se nos aparecería Dolores de Cospedal, como la Virgen a los pastorcillos, proclamando: “No preocuparse, nosotros no somos España”.

Si nos creímos un programa electoral inverosímil, nos tragamos cualquier cosa. Estamos deseando que alguien nos diga que aquí no puede ocurrir porque esto no es España. Pero aun en el caso de que fuera España, tranquilos: lo sería de un modo aislado, al modo de las torturas de Diwaniya. Es cierto que para engañar tanto al personal tienes que haberle confundido previamente. Y tienes que haberle confundido mucho. Pero después de lo del despido en diferido de Bárcenas, estamos preparados para todo. No hay más que ver el papanatismo, nunca mejor dicho, con el que recibimos las informaciones sobre la elección del nuevo papa. No parecía que estuviésemos hablando de una institución antidemocrática, misógina, patriarcal, homófoba y colaboradora esencial de algunas de las dictaduras más sangrientas del siglo XX, la española entre ellas. Veía uno el telediario o escuchaba la radio y no daba crédito. Significa que no hay oposición de ningún tipo y en ningún ámbito y que estamos maduros ya para que nos saqueen asegurándonos, mientras nos roban, que esto no es España, ni aquel nuestro cajero automático.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_