Decálogo de reformas
He leído sus 10 reformas propuestas “para reconstruir el futuro” (domingo, 10 de febrero). Están muy bien: son una buena base y además creo que muchos estamos de acuerdo. De hecho, somos muchos los que expresamos y deseamos esos cambios.
Pero realmente lo tenemos muy difícil. Los únicos que pueden llevar a cabo esta “segunda transición” son los diputados del Congreso y el presidente del Gobierno. Para poder llevar a estas instituciones una nueva clase política es preciso cambiar la ley electoral: esta es la clave para sacar adelante todas las reformas. Sabemos que los políticos actuales no van a realizar este cambio, ya que no les interesa. Yo creo que lo único que podemos hacer los ciudadanos es pedirlo, de forma reiterada, todos los que estemos de acuerdo.
Propongo incorporar esta petición a los saludos diarios. Muchas gracias, buenos días y … ¡reforma electoral!— Juan Pedro López de Linaza. Madrid.
Hice un ejercicio con los alumnos de primer curso en el que todos aportábamos ideas para frenar la corrupción en nuestro país. Era un ejercicio de imaginación y de buena voluntad ciudadana. Para mi sorpresa, las medidas aportadas por los estudiantes fueron medidas realistas e inteligentes, y elaboramos un decálogo anticorrupción digno de cualquier partido político que se precie. Casualmente, el domingo siguiente EL PAÍS publicó un artículo llamado Cómo reconstruir el futuro con 10 reformas y pactos para defender la democracia y el progreso económico, en un Estado de derecho, que le queda poco de social y una democracia que está actualmente en la UCI. Lo primero que me llamó la atención es el hecho de que es un periódico y no un partido quien propone medidas de solución. Y sin embargo, este hecho da lugar a la reflexión. ¿Cómo es posible que a estas alturas a ningún partido se le haya ocurrido tomar medidas urgentes contra la corrupción y a favor de la defensa de la democracia? ¿Cómo es posible que no se haya elaborado un código ético político? ¿Cómo se puede entender que la ley de transparencia no se aplique a los partidos políticos? ¿Cómo le explico a mis alumnos que esto es una democracia bajo la filosofía de todo para el pueblo, pero sin el pueblo?— Guadalupe Bohorques. Profesora de Ética, Derecho Constitucional y escritora.
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