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MOVIMIENTOS SECESIONISTAS

El rebrote de los separatismos

Las aspiraciones independentistas avanzan en una Europa que lucha por resolver sus crisis

Miles de ciudadanos participan en la última Diada en Barcelona bajo el eslogan 'Cataluña, nuevo Estado de Europa'.
Miles de ciudadanos participan en la última Diada en Barcelona bajo el eslogan 'Cataluña, nuevo Estado de Europa'.Andreu Dalmau (EFE)

El secesionismo en Europa se ha convertido en un asunto espinoso para algunos de sus Estados miembros, sobre todo durante el último año. En Bélgica, los independentistas de la Nueva Alianza Flamenca (NVA) ganaron en la mayoría de Ayuntamientos en las elecciones municipales de octubre de 2012, lo que ha dado alas a la posible independencia de Flandes.

En Cataluña, los comicios del pasado 25 de noviembre tuvieron como resultado un Parlamento en el que más de la mitad de los escaños (74 de 135) quedaron en manos de partidos independentistas. Convergència i Unió y Esquerra Republicana de Catalunya, los dos partidos más votados, han pactado celebrar un referéndum en 2014, coincidiendo con el 300 aniversario de la caída de Barcelona en la guerra de sucesión española.

El nuevo Estado tendría que empezar de cero y pedir entrar en la Unión

Escocia dio un paso de gigante en sus ansias independentistas el pasado octubre, cuando los Gobiernos de Londres y Edimburgo acordaron realizar antes de 2014 una consulta con una única pregunta muy clara: si se está o no favor de que Escocia abandone Reino Unido. Ambos Ejecutivos se han comprometido a acatar los resultados.

La Unión Europea no estaba preparada para un movimiento secesionista dentro de sus fronteras. Hasta el Tratado de Lisboa de 2007, no había legislación comunitaria que contemplara la posibilidad de que un Estado miembro saliera de la UE, pues su espíritu se basa en la unidad, no en el separatismo.

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Desde entonces, se requiere no solo la aprobación del Parlamento de Bruselas sino también la de las Cámaras de sus 27 miembros. Y además, el nuevo Estado tendría que empezar de cero y pedir el reingreso en la Unión. Tanto la Comisión Europea como juristas de diversos ámbitos han señalado en multitud de ocasiones que un Estado resultante de un movimiento secesionista perdería su condición de miembro de pleno derecho de la zona euro y habría de comenzar el proceso de readmisión.

"Quien se separa, se queda fuera, y eso suponiendo que se haga de forma amistosa y dentro de la legalidad, como el caso de Escocia. Si no es así, no solo te quedas fuera, sino también marginado", afirmó en una entrevista a EL PAÍS el pasado noviembre Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Competencia. Cataluña engrosaría una lista de espera en la que ya están Kosovo, Serbia, Bosnia, Albania, Montenegro, Turquía e Islandia.

Una cuestión de egoísmo

La razón de este auge del secesionismo está, según Alejandro Cercas, eurodiputado del PSOE, en el egoísmo, en la protección de lo que se considera propio en momentos de adversidad económica. "Es una cuestión animal, que forma parte de la visceralidad de cada uno", explica. "El nacionalismo se alimenta de eso y llega a excesos como inventarse la historia y la realidad. Europa es un proceso racional, mientras que los nacionalismos son de sentimientos", reflexiona Cercas.

Tenemos que apostar por una Europa de grandes naciones Carlos Iturgaiz, eurodiputado

"Los nacionalistas fomentan la idea de una Europa de regiones, pero tenemos que apostar por una Europa de grandes naciones", critica el eurodiputado popular Carlos Iturgaiz, en referencia a la actualidad, en la que los grandes Estados como Alemania son los que tienen verdadera influencia en la UE.

Frente a este argumento, el profesor James Mitchell, responsable de la escuela de Gobierno y Política Pública de la Universidad de Strathclyde (Glasgow, Escocia), entiende que las razones de un pueblo para querer su independencia "radican en el fracaso de sus respectivos Estados". Estas "naciones subestatales se sienten ninguneadas", sostiene.

Carmen Forcadell, presidenta de la Asamblea Nacional Catalana, sostiene que los Estados pequeños salen mejor de la crisis, son más eficientes y responden mejor a las demandas de la población. "Dinamarca, Finlandia u Holanda pueden ofrecer mejores condiciones de vida a sus ciudadanos, y en una sitiación de crisis se nota mucho", subraya.

El auge del secesionismo se suma a los problemas de una UE que está inmersa en intentar salvar su economía. Cercas ve el futuro con pesimismo: "Cada vez nos soportamos menos. Los estereotipos son inmensos, el odio de los griegos contra los alemanes empieza a adquirir características patológicas y ahora empieza a haber tensión entre Francia y Alemania, las viejas querellas renacen".

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