Ha nacido una estrella de la teletienda

Para hoy había planeado cascarles el clásico resumen del año, recurso al que acudimos los periodistas en ese yermo informativo conocido como Navidad. Pero cual regalo de Reyes inesperado, el destino ha tenido a bien concederme una supernoticia de última hora para comentar, de esas tan importantes que un columnista comprometido con la sociedad como yo no puede dejar escapar.

¿Han visto el vídeo de María Dolores de Cospedal promocionando el consumo de los productos de Castilla-La Mancha? Si la respuesta es no, dejen de leer este periódico, abaláncense sobre el primer dispositivo que encuentren y búsquenlo en YouTube. Es una pequeña obra maestra de la comunicación audiovisual del siglo XXI, que nadie debería perderse.

Si te concentras mirándolo, crees que estás en  Con las manos en la masa, y si logras imaginártela vestida de lagarterana, te traslada todavía antes, a Raíces

Cospedal nos ilustra sobre las bondades gastronómicas de su tierra plantificada delante de un tenderete de alimentos castellanomanchegos. La meliflua musiquilla del inicio, los rótulos cutrongos y la primeras palabras que pronuncia –“en un momento tan entrañable como la Navidad”– ya avisan del festival castirrancio que se avecina, pero la presidenta se supera a sí misma a cada minuto con expresiones como “vinos que son grandes embajadores de nuestra tierra”, “nuestro excepcional aceite de oliva de primerísima calidad, ingrediente indispensable de toda buena cocina” o “nuestras exquisitas carnes, magníficos embutidos y extraordinarios jamones”.

La oposición, que siempre tiene que andar buscándole tres pies al gato, ha puesto el grito en el cielo porque los ajos que aparecen no son los más famosos de la región, los morados de Las Pedroñeras, sino una variedad de blancos conocidos como “chinos”. Minucias de tiquismiquis: lo importante es que Cospedal te hace sentirte más viajero en el tiempo que ninguna superproducción de Hollywood.

La textura y la retórica del vídeo son pura España de hace 30 años: si te concentras mirándolo, crees que estás en un intermedio publicitario de Con las manos en la masa, y si logras imaginártela vestida de lagarterana, te traslada todavía antes, a Raíces o Crónicas de un pueblo. Y más aún: la pieza revela una nueva faceta de esta gran mujer. Yo siempre había visto a María Dolores como una especie de monja metida a sargento (¿o viceversa?), pero aquí se destapa como una hábil presentadora de teletienda. Cospedal es el nuevo chef Tony o el próximo Vince Offer, y yo que ella dejaría inmediatamente la política para dedicarme a vender Nicer Dicers con los que cortar el queso manchego.