Una sociedad para todos

Hoy es el Día Mundial de la Exclusión Social. "Exclusión social”... menudo concepto. ¡Suena tan técnico para los profanos! Pero ¿cómo denominar esa situación que sufren cada vez más personas en España, en la que el individuo, generalmente sin recursos económicos, se encuentra viviendo solo, sin hogar y desvinculado de la sociedad, excluido e inmerso en un círculo vicioso del que muchas vecesno se siente capaz de salir?

“Vagabundos", "tirados", "pobres", "mendigos”: conceptos despectivos que todo el mundo entiende, “personas sin hogar” “personas en exclusión social”, conceptos que las organizaciones que luchan por ayudar a estas personas utilizan diariamente sin conseguir llamar todavía la atención suficiente sobre uno de los mayores problemas de nuestra sociedad en la actualidad.

Como nos contaba Médicos del Mundo hace ya casi un año, hay mucha gente que viviendo en estas condiciones quiere salir pero no sabe cómo. Una de las labores de las organizaciones que trabajan con estos colectivos es ayudarles a encontrar el modo de romper con la exclusión y volver a integrarse socialmente.

Pero tan importante como las ganas de reinsertarse de la persona excluida es la voluntad de la sociedad por acogerla. Los prejuicios de una sociedad pobre en valores son una de las mayores barreras para conseguir acabar con este problema. Por eso, además de las acciones de apoyo a los afectados, son indispensables las acciones de comunicación.

Los datos españoles son alarmantes. Nosotros en el blog hemos publicado muchos de ellos según han ido apareciendo, pero por citar los más sangrantes podemos recordar que según el informe de Caritas de 2011 la proporción de hogares por debajo del umbral de la pobreza es del 22%; que según la Encuesta de Población Activa de 2010 más de medio millón de hogares no tienen ningún tipo de ingresos; y que según UNICEF 2.200.000 niños viven en España por debajo de los umbrales de pobreza. Mientras, nuestro Gobierno, amparándose en la crisis y en Angela Merkel, se empeña en disminuir hasta lo imposible las ayudas sociales, desmantelando poco a poco un sistema, ineficiente pero necesario, sobre todo ahora.

Y en este tremendo contexto hay historias de luz, porque toda crisis va acompañada de oportunidades. Historias como la de la fábrica de canciones, protagonizada por Rafa Sánchez . Este cantautor decidió iniciar hace dos años un proyecto con el que dar voz, amplificada, a las personas sin hogar. Transformar las vivencias de 5 personas sin techo en un conjunto de canciones, porque la música es un vehículo maravilloso del mensaje. Estas canciones escritas por sus protagonistas están cargadas de vivencias. Y se entienden. Después supo buscar voces que suenan más fuerte. Intérpretes de la talla de Raimundo Amador, Sole Giménez o Pedro Guerra que le cantan a esta sociedad ciega, sorda y muda para intentar despertarla. Un CD, un concierto que tendrá lugar en Madrid el próximo día 29 son el resultado de un proyecto incluyente y divulgativo que demuestra que se pueden romper los círculos viciosos de la exclusión social con imaginación, convicción y mucha generosidad, a través de nuevas formas de expresión que nos acercan a todos.

Como dicen en la RAIS Fundación, necesitamos “un modelo de movilización social (…) para lograr una sociedad más justa e inclusiva, de la que todas las personas puedan formar parte”. Les invitamos a que se unan a él.