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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Callejón sin salida

El desbordamiento del paro amenaza la estabilidad presupuestaria pactada con Europa

El paro registrado en las oficinas de empleo subió en más de 79.000 personas durante el mes de septiembre, debido al fin de la temporada turística y a los drásticos recortes aplicados en el sector público, sobre todo en sanidad y educación. La afiliación a la Seguridad Social continúa hundiéndose; en septiembre cayó en más de 86.000 personas. El mercado laboral, en resumen, empeora a ojos vistas y pone en cuestión todas las previsiones macroeconómicas para este año y el próximo. El coste del desempleo condiciona el conjunto de las políticas sociales y sitúa la política económica del Gobierno en un callejón sin salida. Como era de suponer, la reforma laboral solo creará empleo cuando se recupere la actividad, y la estructura presupuestaria en 2012 y 2013 parece incapaz de asumir el compromiso de estabilidad pactado con Europa.

El equipo económico se niega a reconocer esta evidencia. Maneja cuadros poco coherentes y, sobre ellos, se permite asegurar que el desempleo puede estar tocando fondo y que 2013 será el último año de la recesión. Son afirmaciones difícilmente demostrables. Al contrario, la tasa de paro en el tercer trimestre de 2012, según la evolución del mercado laboral en los dos primeros, podría superar el 25% y situarse un poco por debajo del 25,5%. Como no hay factores económicos que corrijan el hundimiento de la actividad —tanto el consumo como la inversión siguen en una preocupante depresión— y tampoco está garantizada la recuperación del crédito a corto plazo, lo más probable es que el paro supere la tasa del 26% en 2013. Ese no es el entorno adecuado para una recuperación.

El Gobierno no parece afrontar el problema agobiante del paro, concentrado en despejar el dilema del rescate europeo. Y ofrece a los ciudadanos una información sumamente confusa y sesgada, con proyecciones económicas incoherentes. El ejemplo más notable de esta incongruencia es precisamente el escenario oficial de empleo. Sostienen Economía y Hacienda que el empleo caerá en promedio el 0,2% en 2013 y que la tasa de paro se reducirá tres décimas (en promedio), desde el 24,6% en 2012 al 24,3% en 2013. Pero esta evolución del mercado de trabajo sería compatible, teniendo en cuenta la productividad, con un crecimiento en torno al 1,3%. Al menos. Pero como el propio Gobierno considera que la actividad caerá el año próximo el 0,5%, habrá que concluir que una de ambas variables, la proyección de empleo o la de crecimiento, es incorrecta. O las dos.

La complejidad de esta crisis consiste en que presenta varios desequilibrios simultáneos y que algunos de ellos requieren soluciones contradictorias. La estabilidad de la financiación pública era prioritaria, pero como el Gobierno no ha sido capaz de garantizarla en nueve meses, y todavía hoy sigue preguntándose por el rescate ofrecido por el BCE, las consecuencias de la recesión están agravando el control del déficit y de la deuda.

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