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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El frente se amplía

El agravamiento de la guerra civil siria está desestabilizando toda la región

Cuanto más dure y más se enquiste, más puede la guerra civil en Siria desestabilizar al conjunto de la región. De hecho, el frente se está ampliando más allá de las fronteras del país. Lo deseable sería que se pusiera fin a este conflicto de la forma más estable posible, pero no parece que la historia vaya a deparar una salida razonable. El régimen de El Asad está aprovechando sus tentáculos alauíes, rama del islam chií, para ampliar su frente a un Líbano que es otro mosaico étnico de difícil estabilidad. En los últimos tiempos se han multiplicado los asesinatos y secuestros de opositores sirios y los encontronazos entre grupos, aunque, de momento, Hezbolá parece mantener la cabeza fría, temerosa de una conflagración general.

La ONU advierte de que la situación en Líbano, donde está desplegado un importante contingente de fuerzas españolas, es “cada vez más precaria”. Las incursiones de aviones sirios en territorio iraquí son también más frecuentes. No es probable que Irak, ahora dominado por la mayoría chií, responda, pues también recela de la llegada de los suníes al poder en Damasco.

La caída de El Asad se proclama como inevitable, y puede que lo sea, pero la situación es tan inestable que nadie es capaz de predecir qué puede pasar hasta entonces. Pese a las deserciones de responsables políticos y militares y los ataques de los rebeldes, las Fuerzas Armadas del régimen están aún bastante intactas. Nada garantiza, sino todo lo contrario, que el desmoronamiento del régimen lleve a una transición sensata y ordenada dadas las tensiones entre diversas etnias en el país y la penetración de elementos extranjeros yihadistas. A diferencia de la oposición política, no se sabe realmente quiénes son los rebeldes, salvo que algunos de ellos van instaurando la sharía (ley islámica) en los territorios que van controlando. Es comprensible que en tal situación preocupe en qué manos puedan caer las armas químicas sirias.

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Una intervención militar internacional no resulta hoy por hoy posible por las dificultades sobre el terreno y porque Rusia y China vetan todo acuerdo en el Consejo de Seguridad de la ONU. Francia habla de establecer una zona de exclusión aérea, lo que estaría más que justificado por razones humanitarias. El desastre avanza —el sábado murieron cientos de civiles a manos del régimen en un suburbio de Damasco— y la comunidad internacional debe hacer todo lo posible no ya para evitarlo, sino para afrontarlo.

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