Unión Federal Europea
Parece bastante claro que la pertinacísima deuda privada fagocita el dinero público de los ciudadanos europeos, por ejemplo, porque sus gobernantes no se disponen o renuncian a reelaborar, aplicar, practicar e implementar las normativas comunes contra el fraude en la todavía Unión Europea.
Se redimensiona tanto el pánico a la avaricia de los especuladores que el más que fácil entreguismo de los gobiernos a la salvaje autorregulación de mercados y finanzas resulta estremecedor. Y los gobernantes de Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia castigan a sus sociedades sin mirar siquiera a la ciudadanía: mientras no la usan como instrumento de voto, la ningunean con austeridad que crea paro, pobreza y exclusión.
Dilectas normativas antifraude devuelvan equidad a esos europeos, por ejemplo, que más sufren la avaricia de la élite. Los gobernantes aplíquenlas y reemprendan la política al lado de los ciudadanos por la primacía de la democracia frente a la especulación. Construyamos la Unión Federal Europea. Gaspar García Fernández. Madrid.
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