Salvadores del euro
Si los países en crisis no cambian, tampoco hay perspectivas para un futuro de bienestar
Es solo un anuncio, pero esto es un instrumento clásico de la política monetaria: dentro de su mandato, el Banco Central Europeo está dispuesto a “hacer todo lo necesario para salvar el euro”. Tras la dramática sugerencia del presidente Draghi de que el BCE podría implicarse con más fuerza en los mercados, estos rompieron en júbilo y se relajó la presión sobre la deuda de España e Italia. Aún está por ver si el BCE comprará bonos de los países altamente endeudados en los mercado secundarios (y así se convertirá en financiador de Estados). No es seguro, sobre todo por la oposición de Alemania y de otros países donantes. Pero parece que una palabra de Draghi basta para inspirar esperanza, frenar el pánico y calmar los nervios. A ver cuánto tiempo dura o si el viento no torna muy pronto.
(...) Es obvio que los países en crisis no van a salir mañana mismo de sus valles de lágrimas. Hace falta tiempo para que cambien las estructuras y las mentalidades. Pero si no hay voluntad de que cambien, tampoco hay perspectivas para un futuro de bienestar. Lo que nos vuelve a llevar a Grecia. El país tiene la culpa de que las dudas sobre su permanencia en el euro no se disipen. Siguen tan virulentas como al principio (…) Los acreedores están ante la alternativa: dejar que Grecia caiga en la insolvencia o diseñar un nuevo plan de ayuda. Para lo cual, la canciller tendría que comparecer ante el Parlamento alemán y pedir más dinero por enésima vez. Sería un trago difícil. Pero no hay nada sin alternativa.
Fráncfort, 27 de julio de 2012
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.