Derecho a una muerte digna
Todos los ciudadanos tenemos derecho a una vida digna, y por tanto, y como parte de ella, a una muerte digna también. Acaba de fallecer mi padre después de una larga enfermedad, en la cual ha estado atendido por el equipo de la Unidad de Cuidados Paliativos Domiciliarios de Toledo, del Hospital Geriátrico Virgen del Valle, perteneciente al SESCAM. Desde la serenidad que me da el saber que ha estado cuidadosa y perfectamente atendido cada día de su enfermedad, así como el saber que ha tenido una tranquila y digna muerte, quiero, a través de estas líneas, no sólo mostrar mi agradecimiento y el de mi familia al citado equipo, sino que también quiero reivindicar, en estos momentos de crisis y recortes, el derecho a que todo ciudadano que lo necesite pueda seguir contando con estos equipos, necesarios tanto para el paciente como para la familia.
Los ciudadanos de a pie, estamos asistiendo y viendo cómo día a día se nos quitan servicios y se nos recortan derechos, y todo está justificado, por la crisis, la deuda, la prima, los mercados… y toda una serie de conceptos que se nos escapan. Pero la quiebra de algunos bancos nos ha hecho ver cómo, los que no hemos participado en la orgía del gasto y el despilfarro, ahora tenemos que arrimar el hombro para ayudar a esos monstruos que la han producido.
Por ello, termino pidiendo a los poderes públicos y a los ciudadanos que luchen para que servicios sociales y de salud como los que hemos citado no desaparezcan y permitan a los ciudadanos vivir y morir un poco más dignamente.— Cristina López Mora.
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