Si se trata de crisis, hablemos de Mauritania
Con perdón de los europeos, si se trata de crisis hablemos de Mauritania. Unas 700.000 personas (alrededor de un cuarto de la población total del país) se encuentra en este momento en situación de inseguridad alimentaria. UNICEF ha calculado que 90.000 menores de 5 años padecerán malnutrición aguda a lo largo de este año, incluyendo 12.600 casos extremadamente severos. La sequía que castigó a la región del Sahel en 2011 está teniendo consecuencias devastadoras en la provisión de alimentos de familias y comunidades enteras. Es el segundo shock climático en tan solo tres años, lo que significa que la crisis de hoy golpea a una población que ya era altamente vulnerable.
Por si fuera poco, el conflicto armado que sufre el vecino país de Malí ha provocado un éxodo de refugiados que afecta en parte a Mauritania. Naciones Unidas contabiliza alrededor de 70.000 refugiados malienses en la frontera sudeste del país. La atención de la nueva emergencia no solo supone una distracción de recursos esenciales de las agencias humanitarias, sino que además genera conflictos con la población local a propósito de recursos de recursos naturales escasos. Las poblaciones malienses huyen de sus casas llevándose los animales que constituyen la única propiedad de valor, lo que supone una sobrecarga para el pasto y los acuíferos de las zonas de acogida. "En los alrededores del campo de refugiados de M'Bera -nos decía un responsable de UNICEF en el país- las personas y los animales compiten por el agua".
No es una, sino dos crisis. Crisis que establecen la diferencia entre la vida y la muerte. Un simple paseo por los centros de nutrición que el Gobierno, las ONG y las agencias internacionales mantienen en las zonas más vulnerables del país (incluyendo los devastados suburbios de Nuakchott) ayuda a poner los problemas propios en perspectiva. Los profesionales de salud mauritanos sostienen una batalla épica contra la vergüenza de nuestro tiempo. Las agencias humanitarias a las que visitamos, como la Agencia Española de Cooperación, se ven obligadas a tomar decisiones extremadamente difíciles con recursos cada vez más escasos.
Desde Mauritania, Dívar, Merkel y la prima de riesgo parecen tan pequeños...
(Sigue este viaje a Mauritania a través de @GonzaloFanjul, @unicef_es y #viajemauritania.)
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