Retroceso laboral
Si se consiente perder derechos sociales y laborales, adquiridos con tanto esfuerzo, se da la razón a los que los quitan. Si fuera por el interés general, habiendo barajado todas las posibilidades y no habiendo otras alternativas, con un esfuerzo verdaderamente compartido y revertiendo posteriormente esos derechos, tendría justificación la merma momentánea de estos. Pero con el actual sistema social, con las desigualdades creciendo, silenciando y desoyendo a otras alternativas es inadmisible resignarse y aceptar que se está dispuesto a vivir peor.
Las generaciones actuales son responsables de los derechos de las generaciones futuras. Estas mantendrán e intentarán aumentar el nivel de vida que les llega —como una carrera de relevos, el testigo va pasando y el atleta intenta mejorar lo hecho por su compañero—. En el futuro pedirán explicaciones y habrá que negárselas o mentirles diciéndoles la inevitabilidad de nuestra pasividad. Serán explicaciones cobardes y, además, inútiles por su poca credibilidad. Se puede retroceder, pero solo si las fuerzas fallan tras haber intentado avanzar.— Juan Carlos Ruesca Hernández.
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