Un futuro incierto
Me preocupa desde hace un tiempo la situación que vive nuestro Sistema Nacional de Salud, ese del que dicen que “es uno de los mejores del mundo” aunque parece que ahora se quiere, a toda costa, hundirlo.
El Real Decreto de Sostenibilidad deja entrever la privatización de la sanidad, lo que supone la pérdida de un derecho consolidado, el retroceso de nuestra condición como ciudadanos de un Estado de bienestar. Este real decreto se ha hecho a espaldas de los profesionales sanitarios y como enfermero que soy me siento en el deber de denunciar el desmantelamiento que sufre nuestro sistema. Se nos culpa de la crisis, se nos recorta por todas partes y se termina por fracturar la propia esencia de nuestra profesión: la comunicación con el paciente.
Soy enfermero, pero también soy paciente, usuario y ciudadano. Y también, como todos, soy víctima de unos recortes que están dejando sin futuro el bien más preciado que compartimos: la sanidad. Como profesional sanitario no estoy dispuesto a dar pasos atrás y contribuir al desmantelamiento del Estado de bienestar. Si no cuentan con nosotros nos tendrán enfrente.— Juan Carlos Mejías Román.
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