Reformas sí, pero las justas

Vivimos en país de extremos, llevamos una cantidad importante de años despilfarrando y malgastando el dinero como si creciera de los árboles, las arcas públicas se han vaciado al mismo ritmo que aumentaba la sed de riquezas en muchos de nuestros políticos, constructores o banqueros. Con la llegada de la crisis, viene el nuevo Gobierno y su cambio de rumbo, gira la tortilla y en menos de seis meses han hecho más reformas para unos, recortes para otros que ningún otro Gobierno en la historia de la democracia, además de incumplir sus propuestas electorales en tiempo récord.

Pues bien, ya tenemos los primeros resultados de estas políticas de austeridad con más parados, menos crecimiento, recesión y un aumento de desconfianza en los mercados, tal es este fracaso que incluso la pionera y promotora de esta autosuicida política Angela Merkel parece estar reculando.

Recordando al filósofo griego Aristóteles, que proponía que la virtud se encuentra en el centro de los extremos, tomemos nota y enderecemos el barco. Es evidente que hay que acabar con el despilfarro y las duplicidades con reformas potentes y estructurales, pero debe ir acompañado de medidas de crecimiento que nos ayuden a despertar este país dormido. Por todo esto, reformas, sí, pero las justas.— Juan Francisco Alberta Moreno.