Los males de la Administración local
El pasado 28 de febrero la señora Soraya Sáenz de Santamaría dijo que los alcaldes y concejales ajustarían sus sueldos al presupuesto y al número de habitantes que tuviera el municipio.
Como suele ocurrir en España, no se ha vuelto a saber nada más de este asunto. Los políticos municipales que han fijado sus exagerados sueldos a su antojo, sin tener en cuenta esta limitación de sentido común, y que han abusado de las arcas públicas, han conseguido que no se vuelva a hablar de esta medida.
Todos conocemos los males que arrastra nuestra Administración local —al menos en la provincia de Cádiz—: plantillas infladas a dedo con afiliados y cargos de confianza, falta de regulación de las dietas, coches oficiales... y sobre todo en el gran invento de los políticos de turno: las empresas públicas municipales (de agua o de limpieza, por ejemplo), que con la excusa de mejorar el servicio, cosa que no se ha conseguido, lo ha encarecido con tasas increíbles para mantener todo este tinglado de gastos sin control.
Basta ya de amnistía fiscal y recortes sociales y empiecen por aquí.— Antonio Francisco Pérez Chacón.
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