Ayuda: había alternativas a este recorte
El modelo de inmunización en Manhiça (Mozambique), constituye un ejemplo para la comunidad internacional. La Cooperación Española ha jugado un papel relevante en su puesta en marcha y desarrollo. Foto: Gavi Alliance.
Cuando una sociedad percibe que está en situación de emergencia, resulta difícil escapar al fatalismo de lo que Galbraith llamaba las ‘verdades aceptadas’: aquellas que se establecen en el imaginario colectivo por encima de los hechos. Pensar que “con la que está cayendo no podemos permitirnos ayudar a otros” es una de ellas. Los recortes de la ayuda al desarrollo han sido impuestos sin contestación aparente por parte de la opinión pública, que parece haberse resignado a la idea de que no existen alternativas realistas a la evaporación de las partidas de solidaridad internacional.
@3500M no está de acuerdo. Creemos que el ataque desmesurado a las políticas de lucha contra la pobreza responde a una combinación de desprecio político y liderazgo débil. Existían alternativas y los responsables del Gobierno deben explicar por qué no se tomaron:
- Se podría haber repartido la carga con otros ministerios e instituciones públicas: Como veíamos en la entrada de antes de ayer, prácticamente toda la Administración ha sufrido recortes. Pero algunas caídas han sido mucho más salvajes que otras, hasta el punto de amenazar la supervivencia misma de algunas políticas. En el caso de los recortes de la AOD, las consideraciones ideológicas son tan importantes como las económicas, y la excusa de los gastos sociales en España una mera cortina de humo.
¿Cómo se justifica, por ejemplo, que los gastos militares hayan sufrido un recorte medio que es la mitad del esfuerzo presupuestario general y ocho veces más bajo que el de la Agencia Española de Cooperación? El Ministerio de Defensa se ha escudado en las importantes penalizaciones previstas en los contratos de compra de armamento y en los compromisos con la capacidad militar de la OTAN, pero no dicen que es posible pagar una penalización de 52 millones y ahorrarte por ahora los 720 millones que cuesta la 'letra' de 87 aviones Eurofighter en 2012. El ahorro neto sigue siendo considerable.
Mientras la ayuda era sacrificada, el Ministro de Defensa declaraba que España tiene la “firme voluntad de cumplir sus compromisos internacionales y descarta la posibilidad de dejar de atender los pagos comprometidos”. Pero, ¿qué hay de los otros compromisos, los que no se han realizado con empresas de armamento? ¿Quién responde por las mujeres que morirán de desnutrición en el Cuerno de África o los niños que no serán vacunados en Guatemala? (Quizás a esto se refería el Círculo de Empresarios cuando dijo que España se encuentra en una “economía de Guerra”...).
Si se trata de tomar decisiones difíciles, he aquí una idea para el Gobierno: un recorte del 1% de los gastos militares de 2011 (datos de la OTAN) ahorraría al Estado 160 millones de euros. Un recorte del 1% en los presupuestos de la ayuda ahorra 26.
- Se podría haber protegido más a la AECID y a la capacidad operativa de la Cooperación Española: las decisiones presupuestarias han tenido el kafkiano resultado de poner la mayor parte de los recursos de la cooperación en manos del Ministerio de Economía, que ni sabe de este asunto ni le importa demasiado. La AECID, por el contrario, recibe un castigo histórico que laminará en buena medida su capacidad operativa y echará por la borda el esfuerzo de profesionalización de la Administración en este ámbito.
Aunque no soy un entusiasta de la ayuda reembolsable, creo que José Moisés Martín tiene razón cuando argumenta que se podía haber optado por un incremento temporal del peso de la ayuda reembolsable (créditos blandos), que no computa como déficit pero permite mantener viva la estructura básica del sistema. A diferencia de lo que piensan algunos, el sistema de AOD no es un videocasete que uno puede poner en pausa durante un tiempo y después reiniciar como si nada. El coste futuro de la reconstrucción del modelo será considerable.
- Finalmente, y en un plazo algo más largo, se pueden buscar alternativas en la generación de ingresos: La amnistía fiscal es una derrota en toda regla del Estado de Derecho. España puede hacer más para enfrentar las ineficiencias del sistema fiscal y aplicar medidas que incrementen los recursos públicos disponibles y limiten la volatilidad de las inversiones más especulativas. El propio Gobierno introdujo hace pocos días normas que permitirían cerrar parcialmente la brecha entre el tipo nominal del Impuesto de Sociedades (30%) y el que realmente pagan las empresas (17%).
Pero será necesario algo más. Como recordaba recientemente el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, “entre 1980 y 2008 la bolsa de fraude se multiplicó por cuatro, hasta alcanzar un volumen de 245.000 millones de euros anuales, lo que representa un impago de impuestos de unos 89.000 millones”. A eso hay que añadir la opacidad de un entramado de paraísos fiscales que permite un ejercicio masivo de elusión fiscal y en el que operan el 80% de las empresas del Ibex 35. No hay ninguna excusa para no pisar el acelerador en los procesos internacionales que tratan de poner fin a esta situación (ver este trabajo de D. Itriago para conocer más detalles).
En cuanto a la Tasa a las Transacciones Financieras, el Gobierno ya declaró públicamente su apoyo durante la reciente visita a España del Presidente Sarkozy. Una iniciativa política más agresiva ayudaría a poner en marcha cuanto antes en la zona Euro un mecanismo rentable y necesario. No solo de recortes se podrá hablar en las reuniones del Ecofin…
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