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Columna
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Cinismo

Parece ser que las anteriores amnistías fiscales (realizadas por los socialistas en 1984 y en 1991) no obtuvieron los resultados esperados, así que es probable que sea una mala idea

Rosa Montero

Como se me da fatal la economía (lo malo es que tengo la creciente sensación de que los expertos tampoco saben nada), cuando escuché lo de la amnistía fiscal del PP la idea me pareció interesante. Entiéndanme: a mí también me gustaría que a los malos se les cayera el pelo y que los delincuentes fiscales fueran atrapados y castigados. Pero, desde un punto de vista práctico, y dado que la presión para rebañar dinero de todas partes es tal que al Gobierno ya solo le falta reventar las huchas de los niños, pensé que podía ser una manera de conseguir fondos sin tener que seguir exprimiendo y machacando a los de siempre.

La medida, sin embargo, ha originado una inmediata zapatiesta y el consabido escándalo. Procuré informarme sobre el tema, aunque fue difícil encontrar datos fiables entre tanto clamor pomposo e indignado, y parece ser que las anteriores amnistías fiscales (realizadas por los socialistas en 1984 y en 1991) no obtuvieron los resultados esperados, así que es probable que sea una mala idea. Leyendo a los sapientísimos expertos me entero de que, en junio de 2010, Cospedal y Rajoy criticaron la posibilidad de que el PSOE llevara a cabo una medida semejante: dijeron que era una “ocurrencia profundamente injusta” e “impresentable”. A los expertos esto les parece, con razón, una muestra flagrante del inmenso morro de los peperos. Pero el caso es que la izquierda está lanzando ahora parecidos anatemas exorbitados, cuando en 2010 ellos mismos sopesaron la conveniencia de hacer algo así (y cuando el PSOE ya hizo dos amnistías). Para mí el mayor problema es que veo que la hipocresía política se reparte por igual entre todos. ¿Cómo creer a nadie si, en vez de argumentar en torno a las ideas, solo se chillan y se insultan unos a otros? Demasiado cinismo para unos tiempos demasiado angustiosos.

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