Un corte de mangas a Bruselas

Mariano Rajoy es un improbable revolucionario. El presidente del Gobierno español siempre ha hablado como el típico halcón de la austeridad, pero el 2 de marzo se rebeló. Ese día le dijo a Bruselas y al resto del mundo que se olvidaran del objetivo de déficit para este año. (…) Y la Unión Europea, a aguantarse. (…) Hace solo unas pocas semanas, tal desafío hubiera desatado turbulencias en los mercados y de Bruselas habrían llegado hasta España severas reconvenciones. (…) Por el momento, Rajoy se ha salido con la suya: (…) la prima del bono a 10 años está más baja de lo que estuvo la mayor parte del tiempo el año pasado (…) y los alemanes no han tratado de ejercer presiones. (…)

En Bruselas y Berlín hay quien piensa que el Gobierno infló la cifra del déficit de 2011 para hacer que su tarea pareciera más dura este año, pero los 29.000 millones de recorte necesario para alcanzar la cota de déficit deseada por el Gobierno siguen siendo una dura carga. Y los detalles de cómo se hará el recorte son pocos: Rajoy espera a que pasen las elecciones andaluzas y asturianas para anunciar el Presupuesto.

A Rajoy le fijan objetivos y él se los fija a las autonomías, (…) en las que mayoritariamente gobierna su partido. Sus órdenes deberían tener su peso, pero el comportamiento autonómico en el pasado invita a creer más bien poco las promesas de obedecerlas. (…)

Rajoy parece más un pragmático que un rebelde. Un IVA al 18% es bajo en el contexto europeo. ¿Cuánto tardarán otros en decir que esto es injusto? Si Rajoy fracasa en conseguir su objetivo de déficit, su reputación estará en entredicho.

Londres, 9 de marzo