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CiU se alía con el PP para paralizar la ley de veguerías

El alto coste económico es el argumento principal que el Gobierno da para congelar el proyecto

Cataluña no se organizará en veguerías por el momento. El Parlament ha decidido congelar la ley de veguerías que el tripartito aprobó el pasado mes de julio. El Gobierno ha esgrimido razones económicas e incompatibilidades con las leyes estatales para guardar en el cajón, de forma indefinida, la ley que debía reorganizar territorialmente Cataluña. El despliegue de las veguerías se congela gracias a los votos de CiU, PP, Ciutadans y el diputado no adscrito, Joan Laporta. ERC y Solidaritat han votado en contra, mientras que ICV-EUiA se han abstenido.

La vicepresidenta del Gobierno catalán, Joana Ortega, ha asegurado que la ley de veguerías que aprobó el tripartito no es "ni razonable ni sostenible". Por una parte, Ortega ha apuntado que en el momento actual no se pueden constituir las veguerías, porque ello contradice las leyes estatales que marcan la administración del Estado como la competente para modificar los límites provinciales. Igualmente, el diputado de CiU, Lluís Mª Corominas, ha apuntado que en el momento de crisis actual sería un "gasto inexplicable" todo el coste que supondría cambiar de nombre las diputaciones para pasar a denominarlas veguerías.

Todos los partidos políticos han reconocido que el aspecto económico es un argumento de peso para no crear las veguerías. Incluso ICV-EUiA ha reconocido que sería "absurdo" hacer un gasto "considerable" para hacer un simple cambio de nombre de las 4 diputaciones, que deberían volver a bautizarse cuando se constituyeran las 7 veguerías programadas. Pero el diputado ecosocialista, Jaume Bosch, ha pedido "coherencia" a CiU a la hora de reducir los gastos en la administración y ha criticado que una de las primeras cosas que hizo el nuevo ejecutivo catalán fue cambiar el nombre de las Consejerías por una cuestión "puramente ideológica".

ERC no ha aceptado los argumentos esgrimidos por CiU y ha reducido al debate a la dicotomía "veguerías sí o no". La portavoz de ERC en el Parlament, Anna Simó, ha desafiado a Convergència a llevar a cabo sus promesas, como el adelgazamiento de administraciones como las Diputaciones (ahora que CiU está a punto de hacerse con el mando de los 4 entes provinciales), así como iniciar el procedimiento para pedir al Estado la reforma de las divisiones provinciales. Por su parte, Laia Bonet (PSC) ha criticado el oportunismo de CiU de esperar hasta después de las elecciones para paralizar la ley.

El PP ha celebrado la paralización de la ley, que no consideran una "prioridad" y que "ha causado enfrentamientos en el territorio". Por su parte, el portavoz de Ciutadans, Albert Rivera, ha lanzado dardos incisivos a los grupos del anterior tripartito, a los que acusó de vivir en un Matrix por haber aprobado una ley inviable a nivel económico y jurídico. Rivera ha insistido en que el proyecto de las veguerías no debía haberse aprobado nunca. "¿Es que hace 9 meses [cuando se aprobó la ley] no había crisis?", ha preguntado Rivera.

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