La izquierda 'abertzale' da un gran paso
Si la exigencia para que la nueva formación sea legal es que manifieste con claridad que no tiene nada que ver con ETA ni con Batasuna, los nuevos estatutos así lo proclaman
La izquierda abertzale ha sorprendido y ha superado con creces las expectativas sobre si el nuevo partido, cuyos estatutos registrará el miércoles en el Ministerio del Interior, rompe los vínculos que la antigua Batasuna tenía con ETA. Hasta cuatro veces proclaman los estatutos de la nueva formación el rechazo del terrorismo de ETA en cualquiera de sus manifestaciones, según han adelantado el dirigente de la izquierda abertzale, Rufi Etxeberria, y el abogado Iñigo Iruin, que ha resumido su contenido. Los estatutos proclaman también que los afiliados del nuevo partido que incurran en actos de violencia serán expulsados automáticamente. Y se comprometen, asimismo, a la reparación de todas las víctimas del terrorismo.
Esta actitud tan rotunda y clara de la izquierda abertzale va a provocar, previsiblemente, una división en los partidos democráticos, cogidos por sorpresa. Aunque la unidad en torno a ETA se mantiene y mantendrá, otra cosa va a ser la posición ante el nuevo partido de la izquierda abertzale. Los partidos nacionalistas vascos -PNV, Eusko Alkartasuna y Aralar- y los catalanes -ERC y CiU- van a apoyar la demanda de legalización de la izquierda abertzale ante la rotundidad de su ruptura con ETA. También le puede crear problemas al PSE, si el PSOE, en línea con el PP, mantiene su anunciada decisión de impedir la legalización de la izquierda abertzale, alegando que se necesita tiempo para que esta proclamación sea fehaciente.
El abogado Iñigo Iruin ha echado mano de la sentencia del Tribunal Supremo de mayo de 2007, que ilegalizó a SB, una marca de Batasuna, para defender que es posible que miembros de un partido que fue ilegal pueden construir un nuevo partido si demuestran la ruptura con el partido anterior. Es lo que hoy han tratado de demostrar Iruin y Etxeberria con la lectura de los estatutos del nuevo partido en la mano.
Los tribunales tienen, por tanto, ante sí un reto. Si la exigencia para que la izquierda abertzale sea legal es que manifieste con claridad que no tiene nada que ver con ETA ni con Batasuna, los nuevos estatutos así lo proclaman.
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