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Colomer, la calle del insomnio

Los vecinos de esta calle del distrito de Salamanca se quejan del ruido que originan los trabajadores de limpieza del Ayuntamiento, que utilizan un garaje del barrio para aparcar sus camiones

Isabel Bayer se despierta por la madrugada varios días de la semana. Sus vecinos no le dejan dormir. Todas las noches frente a su casa, ubicada en la calle Colomer, distrito Salamanca, una tropa de trabajadores de limpieza de la dirección general de Gestión Ambiental Urbana hace ruido durante el cambio de turno. Los motores de las furgonetas que manejan también retumban en los oídos de Isabel. Ya no puede más.

El ruido es todavía más perceptible en estos días de calor y durante el verano, cuando las ventanas de los pisos permanecen abiertas. "Es una cuestión de civismo, de interés. Entiendo que tengan que trabajar cuando nosotros dormimos, pero que ellos también entiendan que nosotros trabajamos de día", asegura Isabel, molesta.

Como ella, varios vecinos de la zona se quejan de la falta de consideración de los trabajadores d el edificio marcado con el número 18 de Colomer, cuyo aparcamiento es utilizado por el Ayuntamiento de Madrid para guardar una veintena de furgonetas de limpieza todas las noches. A la medianoche y a las seis de la mañana son los momentos críticos, cuando entran y salen trabajadores y camionetas, según los vecinos.

Las quejas contra la gente de Ana Botella, la concejala de Medio Ambiente, han llegado hasta el pleno del Consistorio. Hoy el grupo municipal del Izquierda Unida denunció que el ruido de los camiones que entran y salen del aparcamiento "hacen la vida imposible a los vecinos" desde hace tres años. La concejala se ufanó a principios de abril de que la lucha contra la contaminación acústica que hacía el Ayuntamiento era "muy buena", pues se habían logrado 1.171 expedientes sancionadores con multa durante 2009.

"Veo que sancionan a bares y discotecas por hacer ruido, pero ¿quién sanciona al Ayuntamiento? Dentro del local hay unos anuncios con letras rojos en los que se les pide a los trabajadores no hacer ruido para no molestarnos. ¿Quién revisa que ellos cumplan?", se queja Francisco Rodríguez, otro vecino de la calle Colomer.

El ruido no es lo único que molesta de la dependencia de limpieza. Las furgonetas utilizan también varias plazas de aparcamiento en la calle por la noche. Para algunos vecinos esto sólo implica caminar unas cuadras más, pero los que viven en el edificio justo arriba del aparcamiento preferirían tener un garaje normal. "El espacio era originalmente para nuestros coches, deberían regresarlo. Entre el ruido por la noche y el problema de los autos tenemos pesadillas", dice una vecina que prefirió no identificarse.

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