Otegi sale del hospital custodiado por la Ertzaintza tras someterse una prueba médica

El portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, ha salido esta tarde de su domicilio en Elgoibar (Guipúzcoa) para trasladarse, custodiado por la Ertzaintza, al hospital de la vecina localidad de Mendaro, donde se ha sometido a una prueba médica. Una hora después, Otegi, que sufre una bronquitis que le ha impedido comparecer en Madrid como imputado, ha regresado a su casa de nuevo custodiado por la Policía Autonómica.

Hacia las 16.00 horas, Otegi, acompañado por el también portavoz de Batasuna Joseba Permach, ha abandonado su domicilio y ambos se han montado en el vehículo del segundo, seguido por otro automóvil con varios policías.

Unos diez minutos después, los dos han entrado en el Hospital de Mendaro, donde le han hecho unas radiografías con el fin de comprobar el alcance de la bronquitis que padece. Minutos antes de las 17.30, Otegi ha salido del centro médico con un gran sobre con las radiografías y, preguntado por los periodistas por su estado de salud, ha respondido que estaba "enfermo" y ha insinuado que estará convaleciente durante más tiempo.

Unos "ruidos" en el pecho

A continuación, se ha subido en un coche junto a Permach y ha emprendido el camino de regreso a su domicilio también custodiado por la Ertzaintza. La prueba médica a la que Otegi se ha sometido esta tarde ha estado motivada por que el médico forense que le visita ha observado que tiene "ruidos" en el pecho.

La Sección Cuarta de la Audiencia Nacional ha aplazado hoy, hasta el próximo 10 de abril, el juicio que se iba a celebrar mañana contra Otegi en relación con un homenaje al dirigente etarra José Miguel Beñarán, Argala, en 2003, debido a la enfermedad que padece.

También fue suspendida por este mismo motivo su comparecencia el pasado lunes ante el juez Fernando Grande-Marlaska, quien le citó como inductor de los hechos violentos ocurridos en la jornada de huelga convocada en el País Vasco y Navarra tras la muerte en prisión de dos reclusos de ETA. El magistrado acordó que un forense visitara a Otegi cada 12 horas para comprobar la evolución de su estado de salud y que su domicilio fuera vigilado permanentemente por la Ertzaintza.