Maragall pide excusas por el embrollo político creado por su acusación a CiU de cobrar comisiones
Mas anuncia que retirará la querella.- Piqué pide al presidente de la Generalitat que dimita por "el daño que ha hecho a Cataluña"
El presidente de la Generalitat de Cataluña ha pedido hoy disculpas "a los ciudadanos de Cataluña, que son quien las merece", por "la cadena de reproches entre las fuerzas políticas" que siguieron a su velada alusión en el Parlamento autonómico al cobro de comisiones del 3% en las obras por parte de sus antecesores de Convergència y Unió. En su opinión, "aquel incidente" se inició y cerró en el Parlamento. Sin embargo, CiU ha tomado el guante y ha aceptado como bueno que la disculpa le incluía y que se refería a las acusaciones de Maragall; su líder, Artur Mas, ha anunciado que, a menos que salga el propio presidente a decir que no es así, se darán por satisfechos y retirarán la querella interpuesta a raíz de este asunto.
Hoy se ha discutido en el Parlamento catalán la moción de censura presentada por el Partido Popular contra Maragall por su afirmación, y que previsiblemente será rechazada en la votación mañana. El presidente de la Generalitat no ha dejado pasar ni diez minutos para entonar su mea culpa y dirigirse al moll de l'os (el tuétano del hueso, o el meollo de la cuestión en catalán) por todo el embrollo desencadenado tras "el incidente parlamentario". "Aquel incidente, iniciado y cerrado en el propio Parlament, generó una cadena de reproches entre las fuerzas políticas. Me hago responsable, y pido formalmente excusas por la parte que me toca". Estas excusas, ha subrayado el presidente catalán, "las pido a los ciudadanos de Cataluña, que son quien las merece, y a sabiendas de que los ciudadanos del Carmel sólo piden soluciones, que es lo que hacen el Gobierno y el Ayuntamiento".
"Se puso un túnel y saltaron por los aires los puentes"
"Se puso un túnel y saltaron por los aires los puentes que deben construir la política catalana", ha dicho Maragall, para añadir a continuación que "la crisis del Carmel abre una etapa nueva en nuestra vida política". Previamente, y dirigiéndose al impulsor de la moción de censura, Josep Piqué, le ha reprochado el tono de su intervención de esta mañana y ha asegurado: "Yo reconocí la legitimidad de su moción y usted la ha usado para destruir mi legitimidad y la del Gobierno que presido". "Creo que eso le ha perdido —ha añadido Maragall— y eso le coloca en la peor tradición del PP".
Mas ha reaccionado a las palabras de Maragall con la misma rapidez con que se revolvió para rechazar las acusaciones de corrupción vertidas por el presidente. En tono conciliador, aunque empleando una fórmula ciertamente enrevesada, el líder de CiU ha asegurado que retiraría la querella presentada ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña contra Maragall, siempre que las excusas presentadas a todos los ciudadanos fueran extensibles a su partido. Sin embargo no ha pedido siquiera al líder socialista que aclare este extremo, ya que, según ha explicado, dará por supuesto que es así, salvo que diga expresamente que no se disculpa ante los convergentes.
Lo que sí ha precisado Mas muy claramente es que Maragall no le ha pedido la retirada de la querella, con lo que ha querido desmentir una posible "conspiración" entre los dos principales partidos catalanes "para enterrar" la crisis del 3%.
Un "último acto de generosidad"
El debate ha arrancado a las 10 de la mañana con un discurso bastante más duro, el del presidente del PP catalán, Josep Piqué, instigador de la moción. El líder popular ha pedido a Maragall que haga un "último acto de generosidad" y abandone la Generalitat, le ha acusado de estar sumido en el "autismo político" y ha afirmado que su salida del Gobierno autonómico es algo que "están deseando" el resto de dirigentes del PSC. Durante la hora y 20 minutos que ha estado en la tribuna de oradores, el líder popular ha sacado toda su artillería dialéctica contra Maragall —el "presidente del enfrentamiento"—, a quien ha calificado de "astronauta" por actuar y hacer declaraciones "como si estuviera en otro planeta".
Por su parte, el conseller en cap, Josep Bargalló (ERC), ha rechazado la moción de censura por "oportunista" y a la vez "inoportuna" y ha advertido, en relación con la polémica sobre el 3%, que el Gobierno tripartito "no aceptará ningún chantaje" ni "pactos para el silencio". Bargalló, que ha hablado en representación del Gobierno catalán ha indicado que la raíz de la moción no se encuentra en lo ocurrido en el barrio del Carmel sino en el rechazo inicial al actual ejecutivo porque sus políticas de cambio "incomodan" a algunos. "Nunca un gobierno de la Generalitat -ha precisado- ha sufrido una erosión de la oposición tan fuerte, radical y contundente como ha tenido el actual desde el primer día, y ello a pesar de que desde 1988 un ejecutivo no disponía de una mayoría parlamentaria tan sólida y rotunda".
La moción de censura no prosperará, ya que sólo cuenta con el apoyo de los 15 diputados del Grupo Popular. El principal partido de la oposición, CiU, mostró desde el primer momento su rechazo a secundar la iniciativa de los populares y el resto de los diputados de la Cámara catalana pertenecen al Gobierno tripartito que sustenta a Maragall.
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