La Guardia Civil detiene en Guipúzcoa y Navarra a cinco personas recién incorporadas a ETA
Liberados dos de los arrestados el domingo en Francia, mientras que el resto prestará declaración mañana
Agentes de la Guardia Civil han detenido esta madrugada a dos personas en San Sebastián, otras dos en Irún y una quinta en Pamplona en el marco de la operación que el pasado domingo permitió descabezar a la cúpula etarra en el sur de Francia. Los cinco detenidos habían aceptado integrarse en la banda terrorista "y esperaban instrucciones para cometer atentados", según fuentes de la lucha antiterrorista. Por otro lado, dos de los arrestados en dicha operación han sido puestos hoy en libertad, mientras que el número uno de la banda, Mikel Albisu, Mikel Antza, su compañera, Soledad Iparraguirre, Anboto, y otros nueve arrestados en la redada comparecerán mañana ante los jueces antiterroristas.
La operación llevada a cabo en el norte de España, coordinada por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que ha autorizado varios registros, continúa abierta y no se descartan más detenciones. El detenido en Pamplona es Aimar Allarza Larrarte, con antecedentes por delitos de violencia callejera. Su función era la captación de nuevos miembros para ETA. Los otros cuatro detenidos son Juan José Zarautz Lekuona y José Ramón Unanue Urdanpilleta, ambos arrestados en San Sebastián, y María Arantzazu Sanchez Larrarte y Aimar Guzón Arrese, en Irún.
Las detenciones de hoy son consecuencia de las declaraciones de la única persona detenida el domingo en España: Pedro María Alcantarilla, camionero de profesión, que fue arrestado en Burgos por su relación con la colocación de artefactos explosivos en instalaciones de electricidad de las provincias de Guipúzcoa y Huesca. Mientras tanto, el ministro del Interior, José Antonio Alonso, ha insistido esta mañana ante el pleno del Senado en la "altísima importancia" de la "magnífica" operación contra ETA. A pesar de que las detenciones suponen "muy buenas noticias", ha subrayado que "hasta su derrota o su disolución efectiva, como dice el Pacto Antiterrorista, tenemos que seguir con la guardia muy alta".
11 arrestados declaran mañana
Por otro lado, a última hora de la tarde se ha conocido la puesta en libertad de Dina Lichtas, esposa del ex concejal de Hendaya Robert Arrambide, y del hijo de la pareja. Según han infirmado fuentes judiciales, ambos han sido puestos en libertad en Bayona (País Vasco francés). El ex concejal, en cambio, forma parte de los 11 arrestados que fueron trasladados ayer desde Biarritz a París, bajo fuertes medidas de seguridad, para comparecer mañana, jueves, ante dos jueces antiterroristas con vistas a su procesamiento. En casos de terrorismo, la custodia policial puede durar un máximo de 96 horas.
El director de los servicios de información de la Policía francesa, Pascal Mailhos, ha reconocido hoy que no se tenía la certeza, al lanzar el operativo, de que caerían Mikel Antza y Anboto, aunque existía la hipótesis de su presencia en la casa de Salies-de-Béarn donde fueron apresados. Mailhos ha reafirmado, en un encuentro con un grupo de medios franceses, que la operación, fruto de cuatro años de cooperación entre los servicios de información de la policía gala y la Guardia Civil española, ha asestado "un golpe muy fuerte" a ETA. Pese a ello, "no podemos decir que la lucha contra ETA haya acabado", ha indicado. A su juicio, la importancia de los zulos y escondites descubiertos puede sugerir que la banda preparaba una acción "especialmente significativa" o que utilizaba esas armas "en el marco de la financiación de su movimiento".
Fuentes próximas a la investigación han señalado que, entre la información incautada en el operativo, había documentos financieros de la banda. Pero no han podido confirmar que todo el archivo financiero de ETA estuviera en los ordenadores hallados en el caserío donde estaban Mikel Antza y Anboto. A juicio de la lucha antiterrorista española, Anboto era la responsable del cobro, la gestión y distribución del impuesto revolucionario. Mientras, continúa el minucioso registro de tres de los zulos, provistos de sofisticados sistemas, en Urrugne, Briscous y Saint Pierre d'Irube. El registro de otros tres escondites, menos importantes, también continúa y la policía no pierde la esperanza de descubrir otros zulos.
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