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CAE LA CÚPULA TERRORISTA

Antza tenía en su ordenador todos los detalles de sus contactos políticos

Jorge A. Rodríguez

Los agentes de la policía francesa y de la Guardia Civil que entraron en la casa que Mikel Albizu, Mikel Antza, y Soledad Iparragirre, Anboto, compartían en Salies-de-Béarn se encontraron encendidos y funcionando los ordenadores personales tanto del máximo jefe de ETA como de su compañera. Por ello, los investigadores han podido descubrir de un vistazo la ingente cantidad de documentos que había elaborado el propio Antza, que, según las fuentes consultadas, incluyen documentos sobre estrategia política, contactos con políticos, actas de reuniones y posibles relaciones con representantes de otras organizaciones terroristas.

Los investigadores subrayan que Antza es una persona "muy minuciosa" que solía levantar acta de todas sus actividades en pro de la banda. Aunque los agentes que han participado en la operación aún no disponen de un volcado completo del material contenido en el ordenador, sí indican que se incluyen datos sobre el contenido de las conversaciones mantenidas con representantes del Gobierno de José María Aznar en 1999 e incluso de la entrevista que el propio Antza mantuvo con el líder de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, en enero pasado.

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"La documentación es mucha y muy valiosa, pero todavía se tardará unos días en comenzar a exprimirla", indican las fuentes consultadas. La Guardia Civil espera obtener datos sobre todos los encuentros mantenidos por Antza durante los últimos años, todos los boletines Zutabe de los últimos cuatro años, sobre los debates internos de la banda (recientemente celebró un proceso semiasambleario), sobre los planes de futuro de ETA y sobre los emisarios "extraoficiales" que habría recibido la cúpula etarra con propuestas de diálogo u otras.

Menos valor otorgan, al menos inicialmente, al contenido del ordenador que supuestamente pertenece a Anboto, cuyo papel en la organización habría dejado de ser el de jefa de los comandos legales (sin fichar) para pasar a gestionar el denominado impuesto revolucionario, aunque no se sabe aún si de forma plena.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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