Schröder propone un tipo único sobre los intereses para atraer los capitales fugados
El Gobierno asegura que no es una amnistía, pues los evasores seguirán estando obligados a denunciarse a sí mismos ante Hacienda
El Gobierno alemán ha cosechado por fin elogios a una medida de política fiscal con su propuesta de introducir un tipo único del 25% en el impuesto sobre los intereses del ahorro, con el que espera conseguir el regreso del capital fugado. La idea, que aún debe ser formulada en todos sus detalles, refleja un sistema que ya existe en buena parte de los países de la Unión Europea (UE) y que el canciller, Gerhard Schröder, ha calificado de sensato.
En Alemania la tributación de los intereses del ahorro está actualmente acoplada al sistema del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, lo que supone una enorme presión fiscal si se tiene en cuenta que el tipo máximo del IRPF es del 48,5%. La consecuencia de este sistema impositivo ha sido una sangrienta fuga de capital, ya que algunos expertos calculan que el volumen de capital negro alemán depositado en el extranjero asciende a 300.000 millones de euros.
Con la propuesta presentada hoy el gobierno pretende incentivar a que ese capital regrese al país, lo que, a su vez, se traduciría en el tan necesario aumento de la recaudación. Para conseguir ese objetivo, se concederá una especie de amnistía a los que estén dispuestos a repatriar sus fondos, aunque tanto Schröder como el ministro alemán de Finanzas, Hans Eichel, rechazaron utilizar el término "amnistía".
Presión sobre Suiza
"Quiero subrayar que no se trata de una "amnistía", ha sostenido Eichel en la rueda de prensa, ante el reiterado uso de ese concepto. El ministro ha precisado que el término no es aplicable, pues los evasores que repatríen su capital seguirán estando obligados a denunciarse a sí mismos ante Hacienda. Sin embargo, quedarán "de facto" exentos de sanción, pues todos aquellos que hagan regresar su capital antes del 31 de diciembre de 2003, quedarán sujetos, sin mayores multas, a ese tipo único del 25%.
Los que hasta entonces todavía no se hayan sumado a la iniciativa tendrán un segundo periodo de seis meses para legalizar su dinero, aunque con condiciones algo peores, pues se les aplicará un tipo del 25%. Con este golpe de efecto, Schroeder ha matado varios pájaros de un tiro, tanto en el plano interno como internacional, en un momento de crisis de autoridad y de popularidad.
Tanto la oposición conservadora que últimamente no se ha cansado de reprochar a Schröder haber roto su promesa electoral al aumentar una serie de impuestos como los líderes regionales socialdemócratas que se le habían puesto en contra al pedir el impuesto sobre el patrimonio han dejado entrever su aprobación al proyecto. Pero al mismo tiempo, los analistas coinciden en que la iniciativa supone a su vez una no denostable presión sobre Suiza que hasta ahora se ha negado a llegar a un acuerdo con la UE en el tema de la fiscalidad del ahorro.
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