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La universidad pública más pequeña de España teme a su gigantesca vecina privada y digital

La Universidad de La Rioja se siente amenazada por la intención del PP regional de aprobar que la poderosa UNIR, a distancia y que cotiza en Bolsa, pueda impartir clases presenciales

Acto de graduación de la UNIR, el pasado 14 de junio.
Acto de graduación de la UNIR, el pasado 14 de junio.Fernando Díaz (EFE)
Elisa Silió

El nombre de la marca enfrentó durante años en los tribunales a La Universidad de La Rioja, la pública y demandante, y a la privada Universidad Internacional de La Rioja, que resultó vencedora en el litigio. El Tribunal Supremo determinó en 2022 que no se generaba confusión entre Unirioja y el acrónimo UNIR (de la privada). Parecía ya para entonces que las aguas se habían calmado entre los vecinos en Logroño ―sus campus son colindantes―, pero una reunión en medio de un puente el 10 de junio ha hecho bullir al campus público más pequeño de España, pues previsiblemente este jueves el Parlamento de La Rioja, con mayoría absoluta del PP, va a permitir que la UNIR, que se comercializa con el lema “la universidad en Internet”, pueda impartir también clases presenciales y semipresenciales.

“El objetivo es actualizar la normativa que regula la actividad de UNIR, para que las modalidades de enseñanza se ajusten a lo contemplado en el Real Decreto 640/2021, que permite a todas las universidades impartir enseñanzas en las diferentes modalidades (presencial, semipresencial y online) indistintamente”, señala el PP, partido en el Gobierno e impulsor de la propuesta. El campus público ha expresado en una nota su “profunda decepción y un profundo malestar con la UNIR por no haber abierto un canal de diálogo con la Universidad de La Rioja”. Un portavoz de UNIR, que está hablando con distintos actores que no detalla, indica que la institución “no van a hacer declaraciones respecto al cambio legal”.

La privada quiere tener la posibilidad de impartir docencia presencial “en aquellos estudios que por diversas circunstancias lo requieran”, y Unirioja teme que UNIR imparta Medicina, Enfermería, los grados en Educación infantil y Educación Primaria o el máster de profesorado, porque ocuparían plazas de prácticas en los hospitales y colegios de esta región de apenas 313.000 habitantes, la cifra más baja de España. Todas estas titulaciones ya se ofertan en la pública, salvo Medicina, que está en proceso de implantación (es la única comunidad que no tiene esa facultad).

La diferencia de tamaño y medios entre ambas instituciones académicas es apabullante. La pública empezó en el curso 1992-1993 con 4.225 alumnos de licenciatura y diplomatura (hoy son grados), frente a los 3.582 de 30 años después. Llegó a matricular a 7.203 a los 10 años de abrir, pero desde entonces ha perdido alumnado. La Rioja es la comunidad que más estudiantes envía a estudiar fuera de su región y apenas recibe. Solo el 29,9% de sus bachilleres prosigue sus estudios universitarios allí, emigran fundamentalmente a las limítrofes Castilla y León, Aragón y Navarra, con un abanico de titulaciones más amplio.

Mientras que la privada está en el mercado de pequeños valores, pero pronto pasará al mercado continuo porque vale más de 1.000 millones de euros. Es un gigante en Sudamérica y cuenta con 25.000 alumnos de grado y 36.800 de máster.

“El Parlamento debería priorizar el aporte de recursos necesarios para que pueda existir una oferta pública de calidad suficiente de estas titulaciones habilitantes en profesiones esenciales, frente a una oferta presencial privada”, pide Unirioja, que no entiende que el Gobierno regional no haya encargado un informe sobre un cambio con “un gran impacto en el ecosistema de la enseñanza superior de La Rioja”.

Entre los fundadores de UNIR está Carlos Mayor Oreja, consejero de Alberto Ruiz Gallardón (PP) en Madrid de Educación y otros departamentos (1995-2003), que actuó de presidente de su consejo de administración, hasta la salida a Bolsa de la universidad en 2009. Por otra parte, el consejero de Educación que impulsó la institución, Luis Alegre Galilea, terminó siendo fichado por la privada. El presidente de su consejo social es el exministro socialista Jordi Sevilla.

Izquierda Unida y PSOE han denunciado públicamente que no se haya debatido este cambio legal en el Parlamento regional. Mientras que los sindicatos no comparten una postura común. USO, mayoritario en UNIR, es muy favorable, porque “es la empresa de la región que más puestos de empleo genera, 3.000 directa o indirectamente. Que crezca la plantilla es buena noticia”. Sin embargo, fuentes del sector opinan que los planes de la universidad privada podrían pasar por abrir esos grados presenciales en Madrid, una comunidad muy abierta a acoger campus y donde disponen de una sede enorme. Las universidades de Navarra, Esade y IE University ―cuya matriz están en Pamplona, Barcelona y Segovia― ya operan en la capital, que cuenta con 13 universidades privadas.

Comisiones Obreras no comparte la visión de USO: “Que no se repita el escenario de hace 15 años, momento en el que la UR era pionera en enseñanzas online en el ámbito estatal, y con la creación de la UNIR se cortó de raíz la posibilidad de aumentar su oferta pública de grados, másteres y el número de alumnado”. Las dos carreras a distancia que ofertaba, se extinguieron. UGT no se queda atrás en las críticas: “Nos encontramos con un cambio de modelo cuyas consecuencias a corto, medio y largo plazo solo pueden ser preocupantes para la UR”. Ambas han convocado una manifestación a las puertas de la Asamblea.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.
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