El presidente de los directores valencianos: “La mayoría de profesores ven positivo fusionar asignaturas una vez lo prueban”

Los centros educativos valencianos se han convertido en una referencia de innovación en las aulas impulsada por la Administración. Todos los cursos de primero de la ESO han fusionado entre sí asignaturas, hasta reducir el número total a ocho en vez de las 11 habituales, tanto en centros públicos como concertados. Se dan juntas, por ejemplo, matemáticas y bilogía, o valenciano y castellano. El curso que viene la fórmula se extenderá a segundo de la ESO, en este caso de forma voluntaria. El nuevo sistema educativo que está diseñando el Gobierno favorece esta mezcla de asignaturas (llamada aprendizaje por ámbitos de conocimiento) sin imponerla. Se considera una vía adecuada para trabajar los conocimientos de forma interrelacionada, evitando la estricta parcelación tradicional. Sobre todo en los dos primeros cursos de secundaria (de 12 a 14 años), antes de que la creciente especialización de las materias haga más difícil la conexión.

Antoni Picornell, nacido en Beniarbeig, Alicante, hace 49 años, ha asistido a su implantación como presidente de la asociación de directores de institutos públicos de la Comunidad Valenciana y como responsable del IES Pare Vitòria de Alcoi. La entrevista tiene lugar en una terraza de Valencia, al lado de la Consejería de Educación, donde Picornell y otros directores ha tenido una reunión de tres horas para hablar del próximo curso.

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Pregunta. Con la perspectiva de estos meses, ¿cómo ha funcionado la mezcla de asignaturas?

Respuesta. La visión que tenemos es positiva. El profesorado tiene una atención mucho más individualizada con el alumno, porque está muchas más horas con él. Pensemos que los alumnos que llegan a primero de la ESO todavía no han entrado en la fase de adolescencia, y vienen de tener un tutor y ocho o nueve asignaturas a tener 11 y 12 materias y otros tantos profesores, cada uno con sus formas de hacer diferentes. Este año se han sentido mucho más acogidos. Ha sido importante especialmente después de venir de un final de curso como el pasado. Los resultados se verán ahora y todavía más en el futuro. A nivel pedagógico y metodológico, me parece que es una apuesta muy interesante, un paso adelante en un aprendizaje más competencial.

P. ¿Qué opinan sus colegas directores?

R. Hay opiniones diferentes, pero una gran mayoría lo ve como un elemento positivo.

P. Y el profesorado, ¿cómo lo ve?

R. Hay profesores que lo tienen muy claro, creen en los ámbitos y han hecho un gran trabajo. Y hay otro profesorado que piensa que únicamente puede impartir la materia de su especialidad. Pero creo que la mayoría de quienes lo están haciendo lo consideran positivo. Y que hay otros que, al ir observando cómo les va a sus compañeros, van mejorando su opinión. Es cierto que requiere un trabajo de planificación, preparar material curricular, tener unas horas de coordinación intensas, y se ha de ir a trabajar más en proyectos, aunque también hay contenidos que tienen que impartirse en sesiones específicas. Todo ello, no vamos a negarlo, ha supuesto un gran esfuerzo.

P. Hay un sector de docentes que se opone y ha empezado a organizarse.

R. Hay una plataforma que está en contra de los ámbitos y hay otra que está a favor. Yo creo que en los centros lo que tenemos que hacer es escuchar a todo el mundo. Y que con las innovaciones metodológicas, como los ámbitos o la codocencia (dos profesores juntos en el aula), hay que ver también a qué profesor se le va a dar mejor.

P. Una de las críticas es que no se ha dado formación para dar clases por ámbitos.

R. Se han ido haciendo cursos de formación del profesorado. Los propios docentes que están impartiéndolos han explicado qué ventajas les ven, qué dificultades tienen y qué aspectos se pueden mejorar. Es verdad que en septiembre este personal docente partió en buena medida desde cero, pero la experiencia que están teniendo es en general positiva, gratificante, para ellos y para el alumnado.

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